Primeros síntomas del embarazo
Si estás en tus primeras semanas de embarazo notarás ciertos cambios tanto en tu cuerpo como en tu rutinas. Eso es porque te estás empezando a adaptar a una nueva etapa de tu vida. Dentro de los primeros síntomas que empezarás a notar, junto con la pérdida de la menstruación y las nauseas matutinas, habrás notado que tu cuerpo empieza a rechazar ciertos alimentos y olores, te cansarás y orinarás con más frecuencia, subirá tu temperatura corporal e incluso podría ocurrir sangrado ligero.
Salvo contadas excepciones, algunos o todos estos síntomas los experimentan todas las mujeres en algún momento durante el embarazo.
No te preocupes, es normal.
Idealmente podrás mantener tu rutina de vida, siempre que visites regularmente al médico.
Retraso de la menstruación
Uno de los primeros avisos que recibe una mujer al quedarse embarazada es un retraso en su ciclo menstrual. Este síntoma suele venir acompañado de algunos otros, pero en caso de notar un retraso, siempre es recomendable hacerse una prueba de embarazo o visitar a tu ginecólogo.
Aunque no se trata de un síntoma determinante al cien por cien, lo cierto es que un retraso en el ciclo menstrual es uno de los primeros indicadores de que puedas estar embarazada. No obstante, a veces saber cuándo se produce un retraso no es fácil de calcular.
Algunas enfermedades, por ejemplo, pueden causar un retraso en la regla. Así otros factores pueden influir, como el uso de ciertos medicamentos o dejar de tomar la píldora anticonceptiva, que produce un cambio hormonal bastante considerable en tu cuerpo.
No sólo los factores físicos pueden influir en un cambio en tu ciclo, sino también factores psicológicos, como un choque emocional, el estrés, un viaje o incluso un cambio de forma de vida.
Lo mejor que puedes hacer en caso de que notes que tu periodo se retrasa es fijarte en otros posibles síntomas y hacerte una prueba de embarazo o acudir a tu médico.
Aversión a ciertos aromas
Se suele decir que la naturaleza es sabia y un claro ejemplo de ello son los cambios que una recién embarazada comienza a experimentar en su cuerpo. Uno de los primeros síntomas es el rechazo a ciertos alimentos y olores. El cuerpo de una embarazada en sus primeras semanas comienza un proceso de adaptación para una nueva etapa que empienza y entre los cambios que experimenta es el desarrollo de un instintivo rechazo hacia ciertas sustancias que pueden ser perjudiciales para el bebé.
Así, muchas embarazadas en sus primeras semanas sufren aversión a ciertos alimentos como, por ejemplo el café, que pueden ser perjudiciales para la futura mamá. Ocurre lo mismo con el caso de los olores. Para algunas embarazadas el olor a tabaco se transforma en algo realmente molesto, así como el olor de alimentos fritos u olores intensos como perfumes o sustancias con aromas fuertes. Esto puede provocar náuseas y mareos en la embarazada y se debe al cambio hormonal que el cuerpo experimenta en las primeras fases de la gestación.
Náuseas y mareos
Mareos – Síntomas de alarma |
Sufrir náuseas o mareos en las primeras semanas de embarazo es otro síntoma que muchas mujeres suelen padecer en las primeras fases. Estos mareos pueden venir acompañados de vómitos y pueden variar, produciéndose en algunas mujeres a primera hora de la mañana o, como en otros casos, por las tardes o incluso noches.
Los mareos o las náuseas matutinas son uno de los primeros síntomas que aparecen al quedarse embarazada y es posible que te cojan por sorpresa. De hecho, en la primera semana tras quedarte embarazada es posible empezar a sentir estos malestares. No siempre suceden por las mañanas, si bien es cierto que es lo más habitual. Algunas mujeres notan estos malestares por las tardes e incluso por las noches. A veces, incluso puede que la sensación de mareo persista durante todo el día.
La sensación de mareo y náuseas está relacionada con el incremento de las hormonas progesterona y gonodatrofina coriónica que se producen en las primeras fases de la gestación. Las molestias suelen remitir en el segundo trimestre de embarazo, cuando el cuerpo ya está más adaptado a los cambios que están teniendo lugar. No obstante, mientras los mareos persistan, algunos remedios caseros te pueden ayudar a disminuir estas molestias. Por ejemplo, tomar pequeños refrigerios más asiduamente te ayudará a no tener el estómago vacío y aliviará las náuseas. A algunas mujeres también les ayuda bastante cierto tipo de infusiones, como la melisa, el jengibre o la manzanilla. Algunas mujeres combaten este síntoma con galletas saladas y leche.
Sin embargo, si comienzas a sentir alguno de estos síntomas y van acompañados de otros igualmente característicos del embarazo, nada mejor que visitar al doctor y en caso de estar embarazada, él sabrá indicarte qué alimentos son los que mejor te ayudarán a llevar mejor tus primeros meses como futura mamá.
Cansancio
Los cambios que se producen en las primeras semanas en el cuerpo de una embarazada requieren un mayor desgaste de energía aunque éstas no lo noten, con lo que sentirse algo fatigada es otro de los síntomas más comunes en las primeras fases del embarazo.
El cansancio es una de las primeras señales del embarazo. Durante las primeras semanas del embarazo los niveles de progesterona aumentan, llegando a niveles que pueden producir sueño aparentemente injustificado. Al mismo tiempo, el nivel de azúcar en la sangre disminuye, al igual que la presión sanguínea, otros factores que conducen a una sensación de mayor fatiga.
Esta aparente fatiga se manifiesta cuando empiezas a tener la necesidad de acostarte cada vez más temprano o cuando empiezas a notar que te suele costar más de lo habitual el levantarte por las mañanas. También las tareas habituales del día o el ejercicio físico parecen de pronto labores demasiado costosas o que consumen gran parte de tu energía.
Es recomendable que sobre todo en estas primeras fases en cuanto empieces a notar los primeros síntomas de cansancio trates de organizarte para poder tomarte pequeños descansos. Estos descansos son fundamentales para un buen desarrollo de tu embarazo y de esta forma, tu cuerpo pueda recuperar la energía consumida. Cuanto más descansado esté tu cuerpo, más preparado para los cambios físicos y hormonales que irá experimentando.
Orinar con frecuencia
Durante las primeras semanas del embarazo probablemente hayas notado que tienes una mayor necesidad de orinar más frecuentemente. A veces esto ocurre incluso antes de que sepas que estás embarazada. Es uno de los primeros síntomas que una futura mamá experimenta.
Tener que acudir con mayor frecuencia al baño es algo que ninguna embarazada en sus primeras semanas podrá evitar. Es uno de los primeros síntomas, algo molesto, que empezarás a notar en las primeras semanas de embarazo.
El flujo de sangre que circula por el cuerpo de una embarazada aumenta drásticamente en comparación de cuando no lo está, lo cual implica que los riñones tengan que procesar una mayor cantidad de líquido, haciendo que tengas que acudir al baño más de lo habitual. Por las noches esta necesidad suele aumentar, ya que al estar en reposo el líquido que has retenido en las piernas durante el día regresa al torrente sanguíneo, finalizando su recorrido en la vejiga.
Aunque ciertos alimentos o hábitos te pueden ayudar a reducir esta necesidad, lo cierto es que esta molestia es algo inevitable, que tal remita ligeramente durante el segundo trimestre, pero que probablemente te acompañe a lo largo de todo el embarazo.
Hinchazón abdominal
No es necesario que transcurran meses para que notes tu vientre hinchado tras quedarte embarazada. Incluso en el primer trimestre es posible que notes el vientre más hinchado de lo habitual o que la ropa te queda algo justa.
A veces damos por sentado que hasta avanzado el embarazo los primeros síntomas visibles no aparecen. No obstante, algunas mujeres en sus primeras semanas muestran ya algo hinchada la zona abdominal.
A diferencia de etapas más avanzadas, en las que el aumento de volumen se debe al desarrollo del útero, la hinchazón que puedes notar al principio es ocasionada por el aumento de hormonas, que provocan un aminoramiento en el ritmo de tu tránsito intestinal, causando un desarreglo que se traduce en hinchazón y a veces en estreñimiento.
En estos casos es recomendable comentárselo a tu médico, él podrá indicarte si puedes tomar algún tipo de regulador o laxante que no afecte al transcurso de tu embarazo. Nunca debes automedicarte y menos en casos de embarazo, en el que el riesgo de daño es mayor.
Aumento del pecho
Desde el primer momento y durante el primer trimestre del embarazo, las hormonas del embarazo provocan un aumento del volumen de la sensibilidad de tus pechos. La progesterona favorece el crecimiento de las mamas, tornándolas más grandes y pesadas, y los estrógenos impulsan el desarrollo de los conductos de la leche para preparar la lactancia materna.
Es normal que durante los primeros meses de embarazo notes un aumento de volumen en tus pechos e incluso los notes más pesados. Tu cuerpo se está preparando para una nueva etapa de tu vida, y tus pechos servirán para alimentar a tu bebé en sus primeros meses.
Durante el embarazo es habitual que la areola del pezón se vuelva más oscura, y, sobre todo en los últimos meses, que aparezcan en tus pechos venas o líneas de color azul marcado, debido al aumento de la afluencia de sangre en esta zona.
Tus mamas serán la principal vía de alimentación en los primeros meses de vida de tu bebé, por eso es indispensable que mantengas un especial cuidado de los pechos. Impide que aparezcan estrías en la zona mamaria, aplicando crema diariamente, y utiliza ropa interior cómoda, preferimente de algodón, sin costuras ni aros.
Subida de la temperatura corporal
Si es la primera vez que estás embarazada puede que estés notando en tus primeras semanas una serie de cambios en tu cuerpo que son nuevos para ti. Es habitual que entre otros síntomas en tus primeras semanas de embarazo notes una subida de tu temperatura basal.
Si al final de tu ciclo notas que no te llega la regla y que tu temperatura ronda sobre los 37º C, hay muchas probabilidades de que efectivamente estés embarazada.
La temperatura basal se mide por las mañanas, recién levantada, en la cama y en ayunas. Procura no moverte mucho, porque la actividad corporal puede elevar ligeramente tu temperatura.
El aumento de la temperatura corporal se debe a la hormona progesterona.
Sangrado ligero
Durante las primeras fases del embarazo es algo común en un gran número de mujeres que sufran algún tipo de sangrado. Esto puede ocurrir incluso antes de saber que estás embarazada y a veces incluso se puede confundir con el período, aunque el flujo y densidad del sangrado no son iguales.
Durante el primer trimestre del embarazo casi la tercera parte de las mujeres embarazadas experimentan algún tipo de ligero sangrado. Por lo general esto ocurre en las primeras semanas. Por lo general es algo que no debe alarmarte, aunque siempre es recomendable informar a tu médico de cualquier cambio que pueda preocuparte, especialmente si se tratan de casos de sangrado.
No obstante, es habitual este tipo de ligeras pérdidas. En la gran mayoría de los casos están asociadas a cambios hormonales. A veces, la implantación del óvulo fecundado en el útero produce un ligero sangrado que suele producirse aproximadamente a partir del décimo día de fecundación, que suele coincidir con el momento cuando la mujer se da cuenta del retraso de la menstruación. Los sangrados suelen durar tan sólo un par de días y suelen ser muy ligeros, sin repercusiones para la mujer.
De todas formas, si notas alguna irregularidad y no sabes si puede darse a un posible embarazo o tal vez te preocupe que pueda afectar a este, acude cuanto antes al médico. Nadie mejor que él sabrá asesorarte.
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NdE
Algunas mujeres experimentan náuseas matutinas durante el primer trimestre de su embarazo, mientras que otras no muestran ningún signo de enfermedad. La verdad, es que de las últimas, no existen demasiadas afortunadas y las molestias durante el primer trimestre son muy normales. Cuando estás embarazada, tu cuerpo no reacciona a la alimentación de la misma manera como lo hacía antes. Los alimentos de los que antes disfrutabas pueden ser los que los que te causen ese malestar.
Con el fin de reducir estos problemas, necesitas prestar atención a las señales que tu propio cuerpo te envía. Comienza observando cómo tu cuerpo reacciona a los diferentes grupos alimenticios. Si tienes náuseas durante el embarazo intenta beber cantidades adecuadas de agua para aliviar el estrés que estas producen. Recuerda, no hay existe una manera fácil de prevenir esta condición por completo, si sufres esta náuseas por la mañana lo mejor que puedes hacer es aliviar el estrés.
Tomar bebidas gaseosas ayuda a algunas mujeres, pero no son demasiado recomendables. El agua con limón y miel es una buena opción en su lugar. Evita el consumo de bebidas a base de cafeína. Esto incluye el té, el café y las bebidas energéticas. Serán muy beneficiosos las infusiones de hierbas por sus propiedades calmantes y relajantes. La manzanilla y el té verde pueden ser beneficiosos, ya que alivian los dolores de estómago y reducen la hinchazón. El té de lavanda calma los nervios y reduce las náuseas y calambres estomacales.
Mantén una dieta que contenga la ingesta de frutas y verduras. Éstos te proporcionarán los nutrientes y las vitaminas que tu cuerpo requiere y también reducen el riesgo de una reacción adversa a los alimentos que consume. Las frutas cítricas pueden impactar positivamente en tu cuerpo, mientras que otras frutas te ayudarán a obtener energía después de vomitar.
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Fuente: elembarazo.net