En un día claro se ve mejor
Las entidades bancarias estadounidenses han ocupado la tapa de los principales medios de todo el mundo durante los últimos meses… y no precisamente porque había buenas noticias para contar. La última crisis afectó particularmente al segmento financiero norteamericano y, debido a la estructura global de este mercado, tuvo repercusión en las diferentes regiones del mundo. Empieza ahora una nueva era para los bancos, en la que hay que administrar mejor el riesgo y restaurar la confianza de los consumidores en el sistema financiero. Para ello, estas entidades están trabajando en conjunto con gobiernos y con entes regulatorios.
Por si esto fuera poco, los bancos también están aprendiendo a lidiar con la llamada "Generation now" ("Generación ahora"), que es la compuesta por los consumidores que crecieron con Internet y los dispositivos tecnológicos y que no piensan dos veces en cambiar de una institución a otra ante una mejor oferta.
A partir de esta combinación de demandas (la genérica del mercado, las regulatorias, la de los consumidores y la de los accionistas, por supuesto, que desean ver dividendos en las operaciones), los bancos se ven obligados a encontrar mejores formas de identificar, administrar y poner precio a sus créditos, sus propuestas y sus riesgos. De hecho, fue precisamente la escasa práctica de administración del riesgo (risk management) uno de los principales detonantes de la actual crisis. Lo llamativo es que una investigación reciente de Economist Intelligence Unit (EIU) reveló que la mayoría de los bancos están enfocados en recortar costos y evitar sanciones regulatorias en lugar de estar desarrollando una vista corporativa del riesgo.
El primer elemento para revertir esa situación es un fuerte trabajo con la infraestructura. La reingeniería de los procesos de negocios provee una administración de datos mejorada y no puede ser pospuesta, porque lo único que se logra con eso es posponer también los avances en las técnicas de risk management. Si bien la necesidad de transformar las infraestructuras de IT heredadas en la industria bancaria, que se caracterizan por ser anticuadas e inflexibles, existe desde hace mucho, la urgencia actual está relacionada con la emergencia de tecnologías clave imprescindibles para que los bancos puedan posicionarse en el mercado. Las fusiones y adquisiciones también jugaron un papel en este punto: infraestructuras de IT que debieron "mezclarse" en tiempos más que breves.
Hacia una estrategia clara
Está claro que los bancos deben ser capaces de lograr una transformación ágil si se quieren mantener competitivos. Las históricas razones para resistir el cambio fueron el costo y el riesgo de perder datos. Sin embargo, el costo de mantener viejas plataformas de software para evitar que haya interrupciones en el servicio es extremadamente alto, al tiempo que los riesgos están prácticamente fuera de control. Por lo tanto, ya no quedan excusas.
El cambio no se va a dar de un día para el otro, pero la realidad implica que el entorno actual está maduro como para dar avanzar hacia una infraestructura que permita interoperabilidad en tiempo real, flexibilidad y capacidad de adaptación. Iniciar la simplificación de los procesos actuales para evitar redundancias (y con ello, los costos y los riesgos asociados) es un primer paso que todo banco puede comenzar a dar. Otra decisión inteligente es racionalizar el número de soluciones y proveedores, para reducir la complejidad, mantener la rentabilidad y disminuir los costos.
El objetivo final de cada banco, luego de revisar sus infraestructuras, sus políticas de IT y sus manejo específico del riesgo, debería ser convertirse en una Clear Enterprise, una compañía con capacidad de ver, pensar y actuar con claridad, en la que los dirigentes y los empleados saben lo que pasa en todos los aspectos del negocio, así como de sus redes empresariales. Gobierno y gestión del riesgo, cumplimiento de los requisitos de los entes regulatorios y conciliación de datos de todas las aplicaciones financieras y de riesgo son sólo algunos de los beneficios que se obtienen con esta óptica.
Por supuesto, para alcanzar la claridad es necesario contar con una cartera de soluciones de IT que permita cerrar la brecha entre estrategia y ejecución. Estas herramientas ofrecen el conocimiento necesario para mejorar el rendimiento, la eficiencia para optimizar las operaciones y la flexibilidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes.
Esto no es futurismo. Ya son muchos los bancos de América latina que están haciendo esta migración hacia el concepto de Clear Enterprise. Se sabe: cuando el camino está claro, es más fácil (y mucho menos riesgoso) saber hacia dónde uno se dirige.
Fuente: Tonatiuh Barradas, Vicepresidente de Servicios Financieros de SAP América Latina