Reconocer las señales entre el ruido de los datos
Big data, aprendizaje automático, inteligencia artificial, repositorios de datos, analíticas: ha surgido un lenguaje completamente nuevo en los círculos gubernamentales con respecto a todo lo referente a datos. Algunas de estas cosas son realmente emocionantes. Sin embargo, hay muchas que están sobrevaloradas.
«Soluciones» sobrevendidas
Los gobiernos siempre tendrán muchos problemas complejos que resolver y cualquiera que traiga «soluciones» que supuestamente están listas para usar de inmediato encontrará quién lo oiga. Pero muchos gobiernos han aprendido por las malas que intentar comprar su ingreso a la revolución tecnológica puede ser un camino largo y costoso que termine en un callejón sin salida.
Esto es especialmente cierto en el caso de la salud donde, a pesar de que no hay escasez de «soluciones», en muchos casos los datos no se traducen en ideas útiles para quienes los generan. Sin embargo, tener una estructura institucional adecuada y los incentivos apropiados puede ser de gran ayuda.
Crear un equipo, no una aplicación
En lugar de simplemente usar sus billeteras, algunos gobiernos en el mundo se han preparado para pensar más detenidamente sobre cómo obtener el mayor valor de las mejoras genuinas que un buen uso de los datos puede brindar a los servicios públicos. Los que han tenido más éxito son quienes han invertido no solo financieramente, sino también en llevar a cabo cambios que mejoren la infraestructura de datos, los procesos internos o los servicios públicos para aprovechar al máximo lo que ya tienen.
Como cabría esperar de un área en evolución, las estrategias y tácticas que adoptan las iniciativas gubernamentales son muy variadas.
Algunos equipos han puesto un énfasis diferente en si se deben guiar preferentemente por opciones tecnológicas o por abrir el acceso a los datos. Sin embargo, entre los equipos que actualmente tienen el impacto más significativo en la vida pública, están comenzando a surgir varias tendencias comunes. Tienden a combinar un conjunto multidisciplinario de habilidades dentro del equipo, integrando el trabajo de los silos organizacionales en vez de crear otros nuevos.
También se centran en garantizar que su elección sobre tecnología y datos esté orientada a satisfacer las necesidades de los usuarios. Un estudio encargado por el Banco Interamericano de Desarrollo presenta un resumen de las principales elecciones y características de los equipos exitosos de analistas de datos en el gobierno.
El «Big Data» puede ayudar potencialmente a los gobiernos
El impacto que los equipos internos de analistas de datos están teniendo en el gobierno es a menudo silencioso pero profundo. Pueden afectar la economía. En la ciudad de Nueva York, la Oficina de Análisis de Datos de la Alcaldía creó un Business Atlas para empresarios con información detallada sobre la actividad económica, la demografía, el tráfico peatonal y otros parámetros comerciales clave, y redujo el tiempo necesario para la apertura de nuevos establecimientos de comidas en 45 días, como promedio.
Pueden mejorar la resiliencia. Tras el huracán Patricia en México, unos 400 voluntarios de todo el mundo utilizaron datos abiertos seleccionados por el equipo de analistas de datos del gobierno para mapear 9.000 kilómetros de carreteras, 90.000 edificios y hoteles, y zonas de posibles deslizamientos de lodo, lo que proporcionó información vital en tiempo real a más de un millón de personas.
Y pueden mejorar los servicios públicos esenciales. En Singapur, el análisis realizado por la unidad de análisis de datos reveló un patrón oculto entre ciertos incidentes que causaron demoras: un tren en particular en la línea Circle Line emitía una señal que bloqueaba el mecanismo de señalización de las vías.
En la salud, cada día surgen más ejemplos. Desde la telesonografía hasta la biometría, se explora constantemente el potencial del análisis de datos para salvar vidas.
Estos ejemplos demuestran perfectamente cómo un equipo de analistas que opera en colaboración con otros organismos, contando con los datos y las habilidades adecuadas, podría ofrecer mejoras de servicio tangibles, rápidamente y a escala. La combinación de análisis de datos y comunicaciones abiertas es una asociación convincente en términos de lograr visibilidad pública y política.
La auténtica revolución de los datos
Las iniciativas de análisis de datos comparten algunas cualidades en su enfoque, pero no existe un conjunto único de «respuestas correctas» sobre cómo crear un equipo de analistas de datos eficaz en el gobierno. De hecho, se pueden establecer equipos con estructuras de gobernanza bastante diferentes, que sean apropiadas para el contexto institucional del gobierno para el que trabajan. Dónde se ubica un equipo de analistas de datos en la estructura organizacional, a quién reporta, cuál es su mandato y alcance, qué socios y accionistas externos tiene y con qué habilidades cuentan quienes lo componen pueden diferir de un caso a otro.
Lo que sí comparten es que están construidos sobre la base de un equipo multidisciplinario capaz de producir rápidamente, solicitar apoyo y patrocinio político, trabajar con la directiva de enfocarse en forma implacable en las necesidades de los usuarios y poder desarrollar la alfabetización informática en sus colegas del servicio público.
Con la inversión de tiempo, dinero y capital político para lograrlo, los gobiernos pueden aprovechar la revolución de los datos de una manera que los lleve mucho más allá de la euforia.
¿De qué manera aprovecha tu gobierno el poder de big data para ir más lejos y hacerlo de manera transparente? Deja tu comentario en @BIDgente en Twitter.
Mira esta entrevista en video para obtener más información:
https://youtu.be/29wWCpiqlc8
Fuente: Mike Bracken, Andrew Greenway, Angeles Kenny – IADB