Votaciones automatizadas apoyan los sistemas democráticos
La automatización de los procesos electorales es un tema que ha tomado auge en muchos países desde hace al menos dos décadas, pese a que muchos analistas continúan el debate como si se tratase de un suceso relativamente novedoso. En América, por ejemplo, Brasil y Estados Unidos han probado e implementado diferentes sistemas electrónicos desde hace más de veinte años, como alternativa a los tradicionales sistemas de votación en papel con conteo manual.
En la actualidad, dado que la automatización es ya una tendencia mundial, muchos países con procesos de votación tradicional estudian la posibilidad de empezar a migrar hacia sistemas de voto automatizado, para así contribuir al fortalecimiento de su estado democrático y legitimar los resultados electorales con apoyo de la tecnología.
Las soluciones de votación electrónica o automatizada son variadas, y pueden involucrar desde el proceso de autenticación e identificación de los votantes por parte de los jurados o autoridades competentes; la actualización del censo electoral; el sistema de conteo, o pueden incluso involucrar la autenticación, proceso de votación, conteo y consolidación de resultados en su totalidad.
Cada uno de estos sistemas pretende ajustarse a los requerimientos legales, tecnológicos y tradiciones de los procesos electorales a escala global, de acuerdo con las características específicas de cada región o nación, su nivel de madurez y preparación para asumir votaciones automatizadas.
En la actualidad ya es posible referir algunas experiencias notables a nivel mundial, en países en los que el grado de desarrollo y las condiciones geográficas podrían haber representado un obstáculo para su ejecución, pero que sin embargo han resultado en casos de éxito reconocidos.
Bolivia y Filipinas: casos de éxito
Durante 2009, en Bolivia, se realizó el proceso de automatización del censo electoral. El empadronamiento biométrico tuvo por objetivo actualizar la base de datos de votantes de forma segura y transparente. Todos los ciudadanos bolivianos mayores de 18 años debían presentarse en los centros de empadronamiento para registrar sus datos en el nuevo sistema. Los votantes proporcionaron tanto datos biográficos (nombres, apellidos, dirección, nivel de instrucción, etc.) como biométricos (huella dactilar, foto y firma digitalizada). Todo este proceso apoyado en tecnología de última generación.
Pero acaso la experiencia más notable y reciente a nivel mundial, es la de automatización de elecciones en Filipinas, un país compuesto por un sinnúmero de islas, y con una gran cantidad de población en áreas rurales, (en las que incluso podía no haber abastecimiento eléctrico) pese a lo cual se ejecutó el más grande proyecto de votación electrónica hasta hoy.
Estas elecciones se llevaron a cabo en mayo de 2010. Más de 85.000. candidatos para 17.000 cargos, 50 millones de electores, 82.200 máquinas de votación, más de 800 millones de votos emitidos, transmitidos y totalizados. Todo esto en un archipiélago de 7.107 islas.
Por primera vez los filipinos pudieron conocer los resultados de las votaciones el mismo día de una elección: 90 minutos después del cierre de las urnas el 40% de los votos ya había sido transmitido y totalizado. En previas elecciones (por ejemplo en el año 2004) se necesitaron 40 días de conteo manual para proclamar al Presidente.
En este proceso sin precedentes en la historia de Filipinas y, en el que hubo un 76% de participación, la tecnología demostró su capacidad de ofrecer resultados confiables, evidenciados en la rapidez, transparencia y nivel de aceptación de los resultados, lo que significó sin duda un gran aporte a la consolidación de la democracia del país asiático, pues antes de esto , tomaba semanas conocer los resultados de una elección, lo que daba lugar a tensiones sociales y acusaciones de fraude y violencia ante los resultados finales.
A partir de este hecho, y como mecanismo potenciar la transparencia de los procesos electorales, el Congreso de Filipinas sancionó en el año 2007 la ley RA 9369 que hacía obligatoria la automatización de las elecciones de mayo de 2010. La Comisión Electoral, para dar cumplimiento a este mandato, seleccionó un proveedor que garantizara un proyecto exitoso, empleando una tecnología que permitiese un conteo rápido y efectivo de los votos. La facilidad para auditar los resultados fue clave en éste proceso y las bondades de la solución electoral fueron corroboradas con las múltiples pruebas de campo realizadas en los meses previos a la elección.
Es innegable que la migración a esta clase de sistemas de votación puede generar resistencia en las autoridades electorales y/o los ciudadanos, pero es también un hecho que es una tendencia que empieza ya a consolidarse, y de la que no pueden rezagarse los países que pretendan avanzar en el fortalecimiento de su democracia.
Por esta razón es importante que todos los involucrados, desde las autoridades electorales, directas responsables del éxito de los procesos, así como los ciudadanos, quienes suelen albergar muchas dudas sobre la fiabilidad de estos sistemas, se informen suficientemente sobre las experiencias exitosas de otros países, para que sea posible emitir un juicio acertado y encaminar a las democracias a una modernización, apoyada en la tecnología, pero siempre con el trasfondo del irremplazable capital humano.
Fuente: smartmatic.com