Call centers: Un feroz sistema de control
Un importante fenómeno laboral de estos últimos años, tanto en Argentina como en otros lugares del mundo, es el de los Call Centers (centros de llamadas o centros de contacto): Una novedosa fuente de trabajo que, sólo en Buenos Aires, emplea a entre cuarenta y sesenta mil jóvenes.
Durante seis horas al día se abocan a un servicio telefónico de atención al cliente, solucionan reclamos ligados a la telefonía móvil, internet, bancos y venta de diferentes productos. Lo peculiar de estas hotlines sudamericanas es que sus clientes suelen encontrarse en España, Estados Unidos, Francia o Alemania.
¿Por qué los Call Centers atraen a los jóvenes? He aquí la respuesta de Raquel (que no se llama en verdad así), una teleoperadora que en Buenos Aires ha organizado el sitio web Teleperforados para defender los derechos de otros trabajadores como ella: "La realidad es que en el mercado laboral lo único que ves son Call Centers. Hay en ellos una saturación continua de una llamada tras otra y el control de ojos electrónicos y ojos humanos. Por un lado, supervisores que te acosan todo el tiempo para que digas todo lo correcto, amablemente y con una sonrisa telefónica, en el tiempo correcto. Y, por otra parte, los sistemas electrónicos que te miden todo, desde cuánto tiempo hablas, cuánto para ir al baño, cuánto para comer en las seis horas de la jornada laboral".
"Es un sistema feroz y se aplica vorazmente", subraya Alejandro Seselovsky, un periodista que se infiltró en un centro de llamadas. "El sistema de control es prehistórico, taylorista, un sistema de control de tiempo que la tecnología ha permitido digitalizar. El control es infinitesimal y hasta unos segundos tienen impacto en el salario. No te controla un tipo, te controla un soft".
¿Por qué las empresas recurren a los Call Centers? El mismo Seselovsky precisa que lo que buscan es rentabilizar la empresa a cualquier costo y si bien los teleoperadores están integrados en la economía formal, los centros de llamadas no aceptan la organización de sus trabajadores. "El Call Center borra la responsabilidad de la empresa para con el consumidor a través de una voz que contrata por 2,50 pesos en un país subdesarrollado y a partir de eso se lava de culpas", concluye el periodista de la revista Rolling Stone.
Entrevistados: Alejandro Seselovsky, periodista de la revista argentina Rolling Stone; Diego Sztulwark, del Colectivo Situaciones de la Universidad de Buenos Aires, uno de los autores de ¿Quién habla?; y dos teleoperadores, Raquel y Gabriel, que prefieren expresarse desde el anonimato.
Fuente: Alejo Schapire – rfi.fr