Sustentabilidad en la educación
Se necesita una nueva ética que abarque a todos los seres vivos para que las sociedades humanas vivan en armonía con la naturaleza, de la que dependen para su supervivencia y bienestar.
Así, la educación ambiental, más que limitarse a un aspecto concreto del proceso educativo, debe convertirse en una base privilegiada para elaborar un nuevo estilo de vida. Habrá de ser una práctica educativa abierta a la vida social para que los miembros de la sociedad participen, según sus posibilidades, en la tarea compleja y solidaria de mejorar las relaciones entre la humanidad y su medio.
La sustentabilidad supone un cambio estructural en la manera de pensar el desarrollo. El que una sociedad trabaje por el desarrollo sustentable implicaría avanzar en distintas dimensiones, como por ejemplo la económica, humana-social, ambiental, institucional y tecnológica, pero por encima de ellas podríamos ubicar a la dimensión educativa.
Quizá alguien se cuestione porque el ámbito educativo, la respuesta en sencilla, la sustentabilidad tiene la finalidad de alcanzar un mejor nivel de vida para la población y, al mismo tiempo, velar porque los patrones de consumo actual no afecten el bienestar de las futuras generaciones.
La educación está totalmente relacionada con estas líneas, ya que, si desde los inicios de la formación de las personas se desarrolla la reflexión de nuestro actuar respecto al uso de los recursos, poco a poco, al transcurrir el tiempo, se aprendería a pensar un poco más antes de actuar.
Tratar temas realmente relevantes en las aulas como por ejemplo, el cambio climático, la degradación de los ecosistemas, la manipulación de los alimentos, los consumos excesivos de energía, entre otros, llevaría a analizar y proponer posibles acciones que, si bien quizá no logren erradicar las problemáticas que enfrentamos, por lo menos se logre llegar a la reflexión sobre la necesidad de un cambio de actitud frente al cuidado del ambiente y al uso de los recursos con los que cuenta nuestro medio.
Tal y como lo sustenta la UNESCO en 2006 al señalar que; «la educación en el marco de la sustentabilidad es el proceso para aprender a tomar decisiones que consideren el futuro a largo plazo de la economía, la ecología y la equidad de todas las comunidades. La educación formal, contribuirá a que dicho proceso puede lograrse mediante la promoción del desarrollo de competencias genéricas en los estudiantes, las cuales están relacionadas con; el razonamiento crítico, el pensamiento sistémico, la inter y transdisciplinariedad, la ética y los valores».
Para conseguir una verdadera educación sustentable, González Gaudiano (1997) citado en un artículo de la UNESCO, enfatiza la necesidad de revisar los programas existentes en México, en términos tanto de sus objetivos como de sus contenidos con la finalidad de incorporar, de manera transversal en las distintas áreas de aprendizaje, las variables ambientales en los programas educativos, en los materiales de enseñanza así como en sus metodologías instruccionales.
En consecuencia el desafío, radicaría entonces en encontrar las estrategias didácticas y técnicas de trabajo educativo que fomenten el desarrollo de habilidades de razonamiento entre los estudiantes, de manera que les permitan establecer las relaciones existentes entre diversos campos de la realidad con base a los fenómenos ambientales complejos.
Por ello es imprescindible desarrollar métodos de enseñanza-aprendizaje que promuevan una perspectiva crítica y reflexiva en los estudiantes para dirigir la educación en sí misma hacia prácticas más participativas.
Para el caso de México, sin embargo, la educación está dirigida a fomentar la competencia y el consumo en lugar de la colaboración y conservación, reforzando en la sociedad valores y prácticas no sustentables.
Por otra parte, se requiere no sólo de la consideración de lo descrito en párrafos anteriores sino también del análisis de los problemas más próximos a la realidad social, y que indudablemente tienen que ver con lograr un nivel de vida que lleve a la preservación del ambiente. Entonces sería también necesario retomar asuntos que tiene que ver con las relaciones sociales como por ejemplo; los altos índices de violencia, las dinámicas que enfrenta la sociedad, la forma en que actúan los gobiernos, etc.
Es decir, el desarrollo sustentable no sólo requiere de saber hacer uso adecuado del manejo de los recursos naturales, sino también de qué manera se hará uso de los recursos humanos, sociales, económicos, tecnológicos, y a que todos estos recursos son finalmente parte del ambiente que rodea a las personas dentro de una sociedad.
La palabra sustentabilidad, hace referencia a considerar a aquello que puede perdurar en el tiempo y que permite satisfacer las necesidades de la generación actual sin sacrificar las posibilidades de las futuras generaciones. Es justo en esta sintonía donde si se logra la búsqueda de soluciones desde las primeras etapas de formación de un individuo, las personas no sólo pensarían ellas, sino también las aplicarían e idearía alguna forma de poder aprovechar al máximo todos los recursos con los que se cuenta.
De esta manera ningún recurso renovable se utilizarse a un ritmo superior al de su generación y ningún contaminante deberá ser producido a un ritmo superior al que pueda ser neutralizado por el ambiente. Tomando en cuenta que la preservación del ambiente no debe ser impedimento para la creación de trabajo y que la rentabilidad de algunos recursos no debe, de ninguna manera, depender de salarios indignos o evasión de impuestos.
En conclusión es importante reconocer y resaltar que la sustentabilidad como forma de pensamiento reeducativo no suena mal, y es necesario para obtener resultados favorables en beneficio de los seres humanos, al ambiente y la economía.
Pensar en la sustentabilidad, es pensar en un conflicto que busca el equilibrio. Vivir de los intereses de la tierra sin consumir su capital, crear no solo riqueza a cualquier costo sino también prosperidad para la sociedad seria desde mi reflexión lo necesario para lograr un mejor nivel de vida.
Autor: Emilio González Flores. Profesor. Xico, Estado de México. IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.
Bibliografía
– Vilches, A., Gil Pérez, D., Calero M., Toscano, J.C. y Macías, O. (2014). Objetivos de Desarrollo Sostenible. OEI. ISBN 978-84-7666-213-7. Recuperado en http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=25 el 05 de Octubre de 2015.
– Ruiz, I. y Ceja, M., Barraza, L. (2009). La educación para la sustentabilidad: análisis y perspectiva a partir de la experiencia de dos sistemas de bachillerato en comunidades rurales mexicanas. El Periplo Sustentable. pp. 143, 144 y 145. Recuperado en http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5026270.pdfel 07 de Octubre de 2015.
Fuente: Emilio González Flores – oei.es