VPH en Venezuela y el Cáncer de cuello Uterino…

mail: [email protected]

www.twitter@saludlatam

Este virus  tiene más de 100 tipos, de los cuáles cerca  40 son transmitidos sexualmente e infectan el aparato genital masculino y femenino. De estos el grupo considerado de alto riesgo (de producir cáncer), está constituido por al menos 15 tipos: el VPH 16, 18, 31, 35, 39, 45, 51, 52, 56 y 58. 

En Estados Unidos, las cifras no son menos alentadoras, ya que más de una cuarta parte de las niñas y mujeres estadounidenses de entre 14 y 59 años, están infectadas con el virus del papiloma humano (VPH), lo que implica que la enfermedad es más común de lo que se creía.

Quise brindarles una entrevista exclusiva con la doctora e investigadora, María Correnti, especialista en urología y genética molecular. Jefe a su vez del Laboratorio de Genética Molecular del Instituto de Oncología y Hematología, del Ministerio para el Poder Popular de Salud de Venezuela, quien tuvo la amabilidad de darnos a conocer las investigaciones, en ésta materia de salud pública.

La infección producida por el VPH o virus del papiloma humano, es una infección muy común. La mayoría de las mujeres en algún momento de su vida, probablemente han estado en contacto con un tipo de VPH. Sin embargo es importante aclarar que en su gran mayoría las mujeres resuelven espontáneamente ésta infección y sólo un bajo porcentaje hace lesiones o presenta síntomas clínicos. En el mundo la muerte por causa del cáncer del cuello uterino, es la segunda causa de muerte, la primera es el cáncer de mamas. 

Sin embargo en nuestro país, la primera causa de muerte es el cáncer de cuello uterino. No necesariamente las mujeres que son positivas en el VPH, van a desarrollar una lesión pre maligna y avanzar a un cáncer. EL VPH es un factor necesario, pero no sólo el tener VPH desarrolla un cáncer. En nuestro país la infección está establecida en el orden del 65%, a nivel mundial se habla que entre un 30% a un 80% de las mujeres, están infectadas. Hemos llevado a cabo investigaciones en varias regiones, concluyendo en el orden de infección del 65% en Venezuela.

La mayoría de los países desarrollados, han logrado bajar la tasa de incidencia de cáncer hasta en un 70%. Esto quiere decir, que con buenas campañas de prevención, con estudios primarios dirigidos a nuestras mujeres, los países pueden lograr bajar esa tasa de incidencia del virus VPH. La educación toma en este sentido un papel muy importante; esta debe ser un proceso continuo y debe comenzar incluso desde los colegios. En los países desarrollados, se han adaptado campañas de educación sexual en los colegios y en la comunidad en general, esto sumado a la prueba de despistaje o papinocolao, que es la más importante pues la misma representa el control principal para mujeres y jóvenes. Esta prueba, debe hacerse anualmente y la misma a su vez debe ser acoplada a otra prueba especial, que sería la prueba de diagnóstico molecular específica para el VPH,  en el caso que se haya determinado cualquier cambio en los tejidos de los genitales o lesiones. Con estas dos herramientas podemos incidir satisfactoriamente en la determinación del cáncer de cuello uterino.   

Aquí en Venezuela llevamos a cabo estos programas, sin embargo no en todas las poblaciones del país. Debemos mejorar muchísimo los mísmos, que se tenga alcance a cada rincón de nuestro país. Que se produzcan campañas de prevención y educación, para que la mujer entienda la importancia de acercarse a los centros de salud, para realizarse estas pruebas. Posteriormente, es digno considerar, el auxilio de los centros especializados como el Instituto de Oncología de la UCV, el Centro de Virología en la Universidad del Zulia, el Centro de Microbiología en la ULA y otro centro en UDO, Oriente. 

La citología solamente nos indica que existen cambios que coinciden con la presencia de un virus, sugiere la presencia del virus, pero no puede determinar si el genoma del virus está presente. Por el contrario, las pruebas de biología molecular, que son pruebas especiales, no sólo determinan si el virus está presente, sino que además pueden tipificar. Existen alrededor de 150 tipos de VPH, pero sólo alrededor de 20 a 25, son los que afectan principalmente al ser humano. La prueba de biología molecular, puede determinar cualquiera de éstos 25 tipos de virus y decir además si es un tipo que tiene un bajo o alto potencial oncogénico. Esto significa la capacidad que tiene el virus una vez que infecta un tejido normal, de transformarlo a una célula alterada, es decir, que pueda ir de un tejido normal a un pre maligno  y finalmente a un maligno. 

Efectivamente, existen dos grandes laboratorios que la han presentado, uno presentó una vacuna divalente y el otro una vacuna tetravalente. La vacuna divalente es para dos tipos virales, los virus que se encuentran más determinados como causa de cáncer del cuello uterino, son el tipo 16 y el tipo 18. Y los virus que más fuertemente se encuentran asociados a verrugas, son el tipo 6 y el tipo 11. La vacuna divalente está indicada para el tipo 16 y 18 y la vacuna tetravalente, está indicada para el tipo 16, 18, 6 y 11. Estas vacunas han sido probadas en distintos países, determinando una eficacia muy alta, se habla entre 90% y 100%.  Ciertamente están siendo evaluadas  aún en Venezuela,  con miras a la  prevención de lesiones de bajo y alto grado, en cuello, en vagina en vulva, en pene y en ano. No podemos probar con estas vacunas, la presencia o no de cáncer. Debido a que no podemos realizar estudios sobre un grupo placebo, es decir un grupo de mujeres que desarrolle cáncer. 

Lo que si podemos probar es, que mujeres jóvenes que no han estado nunca en contacto con la infección viral, sean vacunadas y en término de cinco o diez años, no hayan desarrollado, ni lesiones de bajo grado o alto grado, asociadas a la infección viral. Es decir,  que éstas mujeres que han sido vacunadas, no se han infectado con cualquier tipo de VPH, ni siquiera con otros tipos que no hayan sido incluidos en la vacuna. 

La vacuna es profiláctica, una vacuna preventiva, no terapéutica,  obviamente, no sería el mismo efecto en una mujer que ya esté infectada. ¿A quién debemos vacunar?, como bien lo dijo, se está hablando de vacunar a niñas antes de iniciarse sexualmente, para que la vacuna tenga el mayor impacto, y para ello se está seleccionando un rango de edad, que va desde 9 a 15 años?, ¿Cabría en éste sentido la posibilidad, de considerar El Ministerio del Poder Popular para la Salud en Venezuela, la aplicación de la vacuna para toda la población?

Como terapia no, sin embargo manejamos información referente al Ministerio, que están considerando ésta posibilidad. Otros países ya han aprobado la entrada de la vacuna, sin embargo su aprobación no significa la aplicación masiva. Pocos son los países que están llevando a cabo una aplicación masiva. En Venezuela todavía el permiso no se ha dado, para la entrada de la vacuna. Esperamos que a corto plazo, sea aprobada también para nuestro país. 

Debemos tomar en cuenta, que nuestros jóvenes no están haciendo nada distinto con respecto a lo que nosotros hacíamos a esa edad. Por igual debemos crear conciencia de sexo seguro y apartar en definitiva el sexo riesgoso. Una pareja que se conoce que haya tenido antecedentes de múltiples parejas, es un personaje de riesgo para nuestras vidas. Una vez hecha nuestra selección, debemos utilizar "barreras" o condón.

 El condón no protege totalmente con respecto al VPH, ya que aún colocado adecuadamente, dejaría al descubierto la base, que de existir lesiones en la misma, éstas podrían ser transmitidas.  Pensar en otro tipo de relación sexual como alternativa, muchas veces relación anal u oral, igualmente puede determinar transmisión del virus. De hecho el VPH anal es un porcentaje nacional, considerable. Por igual las relaciones orogenitales, tienen el mismo problema, cada vez por igual estamos viendo, VPH en cavidad bucal, llegando incluso a identificar cáncer, motivado por un VPH tipo 16. No es necesario que la relación dure mucho tiempo, incluso con una sola relación se puede llegar a transmitir el virus.

Definitivamente de considerar el tacto exploratorio como alternativa, esto implicaría un riesgo. El tacto debería ser en todo caso muy especial, realmente quien puede descartar que esa persona esté infectada o no, es el examen clínico, la citología para la mujer o peniscopia para el hombre. Sin embargo, en lo cotidiano, debemos observar con detenimiento los genitales de la pareja. En el hombre pueden ser evidentes lesiones, en la base del pene, glande, en los testículos o a nivel del recto. Estas lesiones muchas veces son parecidas, a lo que llaman cresta de gallo, verrugas o condilomas, las cuales son semejantes  a una pequeñita coliflor. 

En las mujeres las lesiones externas, se ven en vulva o en vagina, pero pueden existir lesiones a nivel de cuello uterino, que no son visibles. Debemos considerar, que la mayoría de los hombres, infectados por VPH, no hacen lesiones clínicas. Estos son portadores con una infección latente y solo un número pequeño, hacen lesiones. Una vez determinado el virus entre la pareja, es igualmente necesario el uso del preservativo, para evitar otras infecciones,  otros tipos de VPH, además de  otros tipos de virus como herpes, etc.