Violencia sin sentido, intentando comprenderla
Este año, hasta la fecha, han habido 355 tiroteos masivos en Estados Unidos, que se definen como incidentes en que se disparó a cuatro o más víctimas, aunque no necesariamente hayan muerto, según ShootingTracker.com, un sitio web de colaboración pública que monitoriza la violencia con las armas de fuego en EE. UU.
Eso equivale a más de un tiroteo masivo por día este año, mucho más que en ningún otro país del planeta. Y la mayoría de esos aterradores episodios no llegaron a los titulares nacionales.
Por ejemplo, el baño de sangre del miércoles en San Bernardino, California, que dejó a 14 personas muertas y a 21 heridas, ocurrió apenas unas pocas horas después de un tiroteo en Savannah, Georgia, en que dispararon a cuatro personas y murió una.
Pero el impacto psicológico comienza a provocar un daño mensurable, advierten los expertos.
"Creo que las personas se están haciendo más conscientes de que estas cosas están sucediendo con mucha más frecuencia", dijo Russell Jones, profesor de psicología y director del Laboratorio del Estrés y el Afrontamiento de Virginia Tech, la universidad donde en 2007 hubo un tiroteo masivo que dejó a 32 muertos y 17 heridos.
"El país se volverá más ansioso, temeroso e inseguro a medida que esto continúe. Tiene un efecto de cascada", añadió.
En 20 días distintos de este año, hubo al menos cuatro tiroteos masivos en algún lugar del país. Los actos de violencia se han vuelto tan comunes que ahora las personas conocen muchos por su nombre: Planned Parenthood en Colorado Springs, Sandy Hook, Virginia Tech, Columbine.
La violencia ha dejado insensibles a muchos estadounidenses, y esa es una reacción humana normal, señaló Jonathan Alpert, psicoterapeuta de la ciudad de Nueva York y autor de "Los 5 pasos para cambiar tu vida de forma efectiva: Di adiós al miedo y a la ansiedad".
"Así nos protegemos del trauma", dijo Alpert. "Creamos defensas. Erigimos barreras. Desconectamos".
Algunas personas entran en negación: la brutalidad las desensibiliza. Pero muchas otras se abruman emocionalmente por la violencia con las armas de fuego, comentó la Dra. Carole Lieberman, psiquiatra de Beverly Hills, en California.
"Cuando la negación comienza a pasar, puede haber un periodo de mucha confusión y ansiedad, porque la parte racional de la mente lucha con la parte emocional que no quiere escuchar la verdad", dijo Lieberman.
Algunas personas pueden aislarse en sus casas a medida que su mundo continúa desmoronándose, apuntó Jones, miembro de la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association).
"La gente se hace muy temerosa y aprensiva", dijo. "Quizá el mundo no sea justo. Quizá el mundo sea completamente impredecible, y estoy en riesgo de que sucedan algunas cosas muy malas. Comienzan a evitar a las personas, lugares y cosas que les traen malos recuerdos sobre lo que sucedió, o sobre cosas que quizá podrían ocurrir".
Otros podrían enojarse y adquirir determinación, y considerar la violencia continua como un llamado a la acción, aunque no estén exactamente seguros sobre qué pueden hacer, apuntó Michael Moore, profesor asistente de psicología de la Universidad de Adelphi en Garden City, Nueva York.
"Eso es lo que impulsa a la gente a publicar en los medios sociales o a firmar peticiones en línea. Deseamos sentirnos poderosos, o útiles, y poder hacer algo para prevenir estos terribles eventos", dijo Moore. "Esas acciones están tan dirigidas a hacernos sentir mejor y a cambiar nuestro mundo interno como a efectuar un cambio en el mundo externo, que es menos controlable y predecible".
Samuel Gladding, profesor de consejería de la Universidad de Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte, se muestra de acuerdo. "Los más cercanos a los tiroteos responden con una efusión de actos altruistas", dijo. "En esas comunidades hay más miedo, pero también una mayor resistencia y una determinación de que la violencia no gane".
Los que tienen dificultades para afrontar esos eventos violentos deben recordar que es muy poco probable que ellos o sus seres queridos se vean directamente afectados por un tiroteo, afirmó la Dra. Renee Binder, presidenta de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association).
"Es normal reaccionar ante esto", dijo Binder. "Cuando eso sucede, la mayoría de personas hacen un esfuerzo por ser realistas y tienen en cuenta que las probabilidades de que eso le suceda a un ser querido siguen siendo muy bajas".
Y la gente puede tomar medidas para salir adelante y sentir más control, dijo Alpert. Entre éstas se encuentran:
• Mantener la estructura y la rutina del día a día, lo que incluye un horario regular de trabajo, ejercicio y actividades sociales.
• Hacer voluntariado para ayudar a los demás.
• Evitar las fuentes mediáticas que reportan de forma exagerada, los rumores y el alarmismo, y limitar la exposición incluso a las fuentes noticiosas de confianza.
Los padres deben consolar a sus hijos y hacerles saber que están seguros, dijeron Binder y Jones.
"Cree un ambiente abierto y de respaldo, en que los niños puedan recurrir a usted y hacerle preguntas", aconsejó Binder.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Russell Jones, Ph.D., professor of psychology and director of the Stress and Coping Lab, Virginia Tech, Blacksburg, Va.; Jonathan Alpert, psychotherapist, New York City; Carole Lieberman, M.D., MPH, psychiatrist, Beverly Hills, Calif.; Michael Moore, Ph.D., assistant professor, Gordon F. Derner Institute of Advanced Psychological Studies, Adelphi University, Garden City, N.Y.; Samuel Gladding, Ph.D., professor of counseling, Wake Forest University, Winston-Salem, N.C.; Renee Binder, M.D., president, American Psychiatric Association
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Fuente: nlm.nih.gov