Miscelánea y otros
Impacto físico, psicológico e intelectual del estrés
Investigaciones han determinado que el estrés repetido puede tener un impacto significativo en nuestro cerebro, provocando potenciales problemas físicos y psicológicos.
Entre otros motivos, esto ocurre porque el estrés puede causar inflamación en el cuerpo. Este tipo de inflamación crónica puede, además, provocar otros problemas, como diabetes y enfermedades cardíacas. En cuanto al cerebro, aunque normalmente está protegido por una barrera hematoencefálica, esta barrera se vuelve permeable y las proteínas inflamatorias circulantes, cuando se sufre de estrés repetido, pueden ingresar al cerebro.
Particularmente sensible a estos ‘ataques’ es el hipocampo, una región crítica del cerebro para el aprendizaje y la memoria. Se ha encontrado que la inflamación de este órgano afecta negativamente los sistemas cerebrales relacionados con la agilidad mental y la motivación.
En adición, también son modificados los niveles normales de ciertas hormonas en el cerebro, particularmente el cortisol y el factor liberador de corticotropina (CRF). Niveles altos y prolongados de cortisol causan trastornos del estado de ánimo, así como con la contracción del hipocampo. También pueden causar muchos problemas físicos, incluidos ciclos menstruales irregulares.
Otra circunstancia importante a tomar en cuenta en cuanto al estrés crónico, es que puede ser un disparador para las personas depresivas o potencialmente depresivas. Esto ha sido de particular interés para los profesionales de la medicina y atención psicológica, ya que la inflamación continua del hipocampo se observa con más frecuencia en pacientes deprimidos que en personas sanas, provocando una suerte de ‘feedback’ negativo, donde el estrés crónico afecta al hipocampo, lo cual, a su vez, provoca depresión y estrés…
Facultades mentales
El estrés crónico también cambia las sustancias químicas del cerebro que modulan la cognición y el estado de ánimo, incluida la serotonina, muy importante para la regulación del estado de ánimo y el bienestar. De hecho, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se utilizan para restaurar la actividad funcional de la serotonina en el cerebro de las personas con depresión.
La interrupción del sueño y del ritmo circadiano son características comunes en muchos trastornos psiquiátricos, incluidas la depresión y la ansiedad. Las hormonas del estrés, como el cortisol, juegan un papel modulador clave en el sueño. Por lo tanto, los niveles elevados de cortisol pueden interferir con nuestro sueño.
Las consecuencias de los efectos inflamatorios del estrés crónico incluyen la disminución de las facultades como la planificación y la resolución de problemas. También causan problemas en las áreas emocionales y sociales, y pueden provocar, además de depresión y ansiedad, un sesgo mental de atención a la información negativa y aumentar los miedos ilógicos o exagerados. Esta clase de temores irracionales anulan la capacidad habitual del cerebro para tomar decisiones frías y racionales.
Superar el estrés
Hay formas de enfrentar al estrés. El Proyecto de Prospectiva del Gobierno del Reino Unido sobre Capital Mental y Bienestar y otras fuentes han recomendado formas basadas en evidencia para el bienestar mental, las cuales incluyen:
• Conectarse con las personas que lo rodean, como familiares, amigos y vecinos. Cuando esté bajo estrés, relajarse e interactuar con amigos y familiares lo distraerá y ayudará a reducir los sentimientos negativos.
• Atención plena, que nos permite tomar nota y sentir curiosidad por el mundo que nos rodea y pasar tiempo en el momento.
• Dar: ofrecerse como voluntario o donar a una organización benéfica activa el sistema de recompensas en su cerebro y promueve sentimientos positivos sobre la vida.
• El ejercicio combate la inflamación al generar una respuesta antiinflamatoria. Además, el ejercicio aumenta la neurogénesis, la producción de nuevas células cerebrales, en áreas importantes, como el hipocampo. También puede mejorar el estado de ánimo, la cognición y la salud física. Como todo, hay que advertir que debemos cuidar los excesos, ya que también el ejercicio en exceso puede causar disminución de ciertas facultades relacionadas con procesos cerebrales como el pensamiento analítico.
• El aprendizaje: la educación conduce a una reserva cognitiva, una reserva de habilidades de pensamiento, que brinda cierta protección ante eventos negativos o situaciones de estrés. Se sabe que las personas tienen menos probabilidades de sufrir depresión y problemas cognitivos si tienen una mejor reserva cognitiva.
• Establezca cierto control sobre su situación. Si el estrés no es predecible, concéntrese en controlar las cosas que sí lo son. «Tener una rutina es bueno para el desarrollo y la salud», dice el Dr. Kerry Ressler, profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard. La previsibilidad combate el estrés.
• Duerma bien. El estrés puede provocar dificultades para dormir, y la falta de sueño resultante puede empeorar el estrés. «La falta de sueño hace que las partes del cerebro que manejan funciones de orden superior funcionen peor», dice el Dr. Ressler. Tener hábitos de sueño saludables puede ayudar. Esto incluye acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, evitar la cafeína después del mediodía y crear un ambiente relajante para dormir.
• Organícese. El uso de estrategias para ayudar a administrar la carga de trabajo también puede reducir el estrés. Por ejemplo, crear una lista diaria concreta de las tareas que debe realizar. De esta manera, los deberes no parecerán abrumadores. Hacer una lista también le brinda un punto final claro para que sepa cuándo ha terminado. «Disponer tareas de esta manera ayuda a reducir la sensación de que el cerebro está siendo bombardeado», anota Ressler. También puede ayudarlo a predecir cuándo es probable que esté estresado.
• Busque y obtenga ayuda si la necesita. Comunicarse puede ayudarlo a ser más resistente y más capaz de manejar el estrés, lo que en última instancia puede proteger su salud cerebral. La intervención temprana puede reducir la discapacidad causada por complicaciones posteriores relacionadas con el estrés.
• Cambie su actitud hacia el estrés. «Una vida sin estrés no solo es imposible, sino que también sería bastante poco interesante; de hecho, un cierto grado de estrés es útil para el crecimiento», explica el Dr. Ressler. Entonces, en lugar de esforzarse por no tener estrés, esfuércese por respuestas más saludables al estrés.
Detección temprana
No espere hasta que se sienta abrumado por el estrés. Es importante aprender desde una edad temprana a mantener nuestro cerebro en forma durante todo el curso de la vida.
Cuando experimente estrés crónico, no espere y deje que las cosas lo superen. La detección temprana y el tratamiento efectivo temprano es la clave para un buen resultado y un buen bienestar. Recuerde actuar de holísticamente para mejorar el estado de ánimo, la forma de pensar y la salud física.
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Imagen de cabecera: Pixabay (Licencia Pixabay).
Fuente: Peter T – THP