Cortar un nervio corta el apetito
Casi por accidente, médicos han descubierto que un corte rápido a un nervio ayuda a controlar el hambre. Esto lo observaron en algunos pacientes al causar el corte durante una intervención por ulcera gástrica.
Se trata del nervio vago, y aún no está muy claro cómo una vagotomía realmente pueda ayudar, pues los estudios piloto iniciales en unos cuantos pacientes comenzaron hace poco. De hecho, hay mucho escepticismo, incluso de parte de los proponentes de esta idea, quienes piensan que este método no llevaría a una reducción de peso como la lograda con operaciones más traumáticas que reducen el tamaño de estómago y modifican la ruta de los intestinos.
El nervio vago, o, más precisamente, el nervio del vago, va desde el cerebro hasta el abdomen, con fibras que se esparcen hacia varios órganos y que tiene efectos diferentes. Entre ellos, el nervio genera la producción de ácido gástrico. En la década de los setenta, una cirugía que cortaba al nervio donde se une en la parte frontal y posterior al estómago atrajo un gran alivio a los pacientes de úlceras después de recuperarse de la cirugía a abdomen abierto. Pero apenas mejoraron los medicamentos específicos para reducir la producción de ácido estomacal, estas intervenciones fueron descartadas.
Sin embargo, algunos cirujanos de la época detectaron que esas vagotomías provocaban pérdida de peso, lo que luego se confirmó con estudios en animales.
Y por supuesto esto de cortar el nervio del vago es precisamente lo que esperan los pacientes, es decir, una opción mucho menos drástica que las actuales, como el bypass gástrico, que consiste en engrapar el estómago para sólo dejar una pequeña bolsa, o colocar una banda ajustable alrededor del estómago o bien recortar el tamaño del estómago y cambiar la ruta de los intestinos.
Uno de los expertos que estudian la idea de la vagotomía es el médico Robert Lustig, de la Universidad de California, quien admite que tampoco esta sería la panacea, aunque si le parece "una alternativa racional para un gran grupo de pacientes que se encuentran a la mitad del camino".
Según Lustig, como menos acidez estomacal provoca una digestión más lenta, el vago también ayuda a controlar las hormonas que estimulan el apetito y le dan la orden al cuerpo para que almacene más grasa.
Este artículo fue escrito adaptando información proveniente de distintas fuentes, entre ellas Lauran Neergaard de AP.
Más información sobre este tema en "Interferencia del nervio vago podría prevenir la diabetes y la hipertensión".
Nota del editor:
El nervio vago (del lat. nervus vagus) o nervio neumogástrico es el décimo de los doce pares craneales. Nace del bulbo raquídeo e inerva la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago y el hígado.
El estudio de este nervio ha resultado en numerosas posibilidades y esperanzas para innumerables problemas de salud.
Además de lo anotado en la noticia en relación con el control del apetito, sobre el nervio del vago ya se hacen intervenciones relacionadas con terapias de estimulación, entre ellas la colocación de electrodos para el control de algunos síntomas de la epilepsia, o para ayudar a pacientes depresivos.
Otros estudios sugieren que colocar señales de interrupción de la conexión vagal al hígado podrían prevenir la diabetes y la hipertensión. También se investiga el efecto cognitivo de la estimulación del nervio vago en pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Fuente: P. Cernik – saludytecnologia.net