Anormalidades congénitas capaces de causar la muerte neonatal precoz
La atresia laríngea.
Afortunadamente muy rara, pero si se reconoce en el momento del nacimiento, por los extremos, pero ineficaces esfuerzos respiratorios, puede ser tratada mediante la punción inmediata de la membrana o por traqueotomía.
Las membranas laríngeas y la estenosis laríngea.
Son también raras y producen un estridor inmediato cuando se inicia la respiración. Puede ser necesaria la traqueotomía.
La atresia de las coanas.
Cuando es bilateral, constituye una obstrucción completa entre la nariz y la faringe. La respiración sólo es posible con la boca abierta. Si la boca permanece cerrada, como durante la alimentación, la respiración no es posible y hay una marcada retracción del tórax y cianosis hasta que el niño abre la boca. Puede haber dificultad en establecer la respiración o los síntomas pueden ser diferidos si el lactante aprende a abrir la boca con frecuencia. El tratamiento es quirúrgico por perforación de la lámina obstructora. Los síntomas son menos marcados en caso de atresia coanal unilateral.
La glosoptosis.
En la glosoptosis la lengua se enrolla hacia atrás en la faringe posterior y obstruye la laringe, es también otra causa de obstrucción respiratoria. Esto ocurre con mayor frecuencia cuando hay micrognatismo y fisura palatina, como en el síndrome de Pierre-Robin. El tratamiento inmediato consiste en mantener la cara y la cabeza del niño hacia abajo, traccionando la lengua hacia delante debe mantenerse esta posición.
Macroglosia.
La Macroglosia o lengua grande también puede obstruir las vías respiratorias y requerir un tratamiento quirúrgico
Atresia Esofágica.
La atresia esofágica puede ser reconocida antes del nacimiento. Como el feto no puede deglutir el líquido amniótico, aparece un hidramnios. Así pues, siempre que hubiera un hidramnios materno se deberá investigar la posible existencia de una atresia esofágica. Después del parto, la bolsa esofágica superior, que comúnmente termina a nivel del cartílago cricoides, se llena de saliva y mucosidades, la respiración se vuelve burbujeante y la aspiración de l líquido por la boca produce obstrucción respiratoria y cianosis. Cuando no llegue el aire al estómago, el abdomen permanecerá plano. el diagnóstico puede confirmarse introduciendo un catéter radiopaco de calibre adecuado en la bolsa superior y haciendo una radiografía cervical. El tratamiento inmediato consiste en la aspiración continua de la bolsa esofágica superior para prevenir el reflujo de las mucosidades y suprimir la alimentación. Si el estómago está distendido, existe el riesgo de regurgitación del contenido gástrico a los pulmones con la consiguiente bronconeumonía.
El único medio de prevenir esto último es la gastrostomía precoz y la aspiración. La reparación quirúrgica de la fístula y la anastomosis de las bolsas esofágicas superior e inferior puede ir precedida del paso de tubos en ambas bolsas para alargarlas. Muchos de los niños afectados son de bajo peso y puede suceder que la operación definitiva deba ser diferida, particularmente si hay también una bronconeumonía. El pronóstico es mejor en los niños diagnosticados y tratados precozmente antes de que aparezcan complicaciones respiratorias.
Hernia Diafragmática.
La hernia diafragmática suele ocurrir en el diafragma izquierdo donde el conducto pleuroperitonial izquierdo no ha conseguido cerrarse. Las vísceras abdominales están presentes en tórax y con frecuencia el pulmón está hipodesarrollado. Los síntomas de marcado distress respiratorio pueden estar presentes en el momento del nacimiento o no aparecer hasta transcurridas unas horas del parto. Los síntomas aparecen más precozmente cuanto mayor es el desplazamiento del pulmón. El hemitórax izquierdo puede aparecer más abombado y el abdomen aplanado. el diagnóstico es confirmado radiológicamente, y se observan sombras intestinales con contenido aéreo en el tórax. El tratamiento es quirúrgico. Si éste no se puede realizar inmediatamente puede ser necesaria intubación endotraqueal y respiración artificial para mantener la vida hasta que pueda ser emprendido el tratamiento quirúrgico. Con un diagnóstico y tratamiento precoces el 50% por lo menos de niños afectados logra sobrevivir.
Bibliografía:
Craig's. Care of The Newly Born Infant. A. J. Keay and D. M. Morgan. Livinstone Edinburgh. London and New York. 111:144. 1984.
El Dr. Samuel Rondón es Médico Jefe (e) del Departamento de Pediatría del Hospital Central de San Felipe "Dr. Placido Daniel Rodríguez Rivero"; Médico Jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Central de San Felipe "Dr. Placido Daniel Rodríguez Rivero", Servicio integrado dentro del Departamento de Pediatría de este centro hospitalario; Médico Docente (c) de Pregrado Bachilleres del Quinto Año de Medicina de la Universidad Centro Occidental "Lisandro Alvarado", Núcleo San Felipe; y, Coordinador de la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal de la Clínica de Especialidades Médico Quirúrgicas C. Servicio Integrado dentro de la Unidad Pediátrica de esta institución.
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Fuente: Samuel Rondón (*) – drrondonpediatra.com