Antecedentes del mercado de la piratería electrónica
La piratería es un problema latente en la industria del software, un problema que está afectando a la sociedad globalizada. La piratería parece gestarse desde el incremento o crecimiento de la venta de computadores personales, y la ulterior adquisición de aplicaciones, que muchas veces representan alto índice de aplicaciones piratas. En tal sentido el problema de la piratería es algo que «sobrepasa» a la industria del software por ser una cuestión social, entre otras cuestiones por los miles de puestos de trabajo que se dejan de generar.
Millones de personas conectadas a Internet en todo el planeta están 'bajando' ilícitamente archivos de música y vídeo. El volumen es tan brutal que no existe un sólo minuto al día en que dejen de producirse miles y miles de copias clandestinas. El aumento de personas que obtienen música o filmes 'bajándolos' de Internet se añade otro problema: quienes difunden esos archivos por primera vez. Quizá la piratería más visible sea la que desemboca en las ventas ambulantes ilegales, «buhoneros». Sin embargo, está claro que no es la única, porque la 'piratería digital' también existe. Básicamente, consiste en distribuir y obtener, a través de Internet, archivos audiovisuales protegidos por los derechos de autor. En consecuencia, «se trata de un ilícito», apuntan los juristas.
La piratería digital encierra varios problemas. Entre ellos, el anonimato de los usuarios, la facilidad de acceso al material y los vacíos legales. Un ejemplo de esto último es que los programas necesarios para intercambiar archivos protegidos son totalmente lícitos. Para ilustrarlo de algún modo, se asemejan a las publicaciones que advierten: «Los contenidos y opiniones aquí expuestas no son responsabilidad de la empresa». Es decir, el proveedor del servicio se desentiende de lo que hagan los clientes con él, critican los productores. Si no hay vía legal para 'limitar' estos programas, el camino lógico es 'perseguir' a los usuarios que infringen las normas. Pero no es tan sencillo. En este preciso instante hay casi un millón de cibernautas utilizando el 'Edonkey', una de las tres aplicaciones informáticas más conocidas para transferir archivos.
Esta práctica es más novedosa, pues va íntimamente ligada al desarrollo tecnológico. Al mismo tiempo resulta «devastadora», para la economía.
Puede parecer inocente e, incluso, inconsecuente el hecho de que un usuario, especialmente el profesional, decida instalarse un software por el que no ha pagado. Pero, además de estar ante un acto ilegal y, por tanto, penado, este usuario debería conocer todo aquello que pierde al optar por una aplicación pirata.
El software es la principal herramienta de productividad para el usuario que necesita las Tecnologías de la Información y, al adquirirlo de manera legal, el usuario puede ser más productivo y efectivo, «consiguiendo resultados tangibles y beneficiándose de la evolución de los productos, ahorrando un tiempo considerable en todas sus gestiones cotidianas». Además, el adjetivo legal también conlleva que el software sea «de calidad», por lo que el profesional y el consumidor «se benefician de tener productos más seguros y fiables, a la vez que tienen a su disposición una amplia oferta de servicios ligados al producto que compra, ofrecidos por el fabricante, que mejoran y enriquecen su equipamiento tecnológico.
Fuente: Julio César Alcubilla – solucionesytecnologia.net