«PaganiniI» inaugura el festival de teatro de Caracas 2015

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Pagagnini resume un espectáculo co-producido por Yllana Producciones y  Ara Malikian, virtuoso violinista, que se caracteriza por su retadora propuesta escénica en cada una de las obras teatrales, que interviene. El clown, la locura y la música, se unen para brindar un contenido quizás reconocido en otros montajes, de fácil lectura, virtuosamente logrado en su ejecución orquestal y desplazamiento escénico. Elementos que catapultan la risa espontánea y mimetismo con el espectador de profundidades leves.

Ciertamente el virtuosismo de cuatro grandes músicos, capitaneados por el maestro Ara Malikian, (Pagagnini), invita al público a repasar momentos de elocuente acento,  el reconocimiento del repertorio clásico del mundo fusionado con varios otros estilos, incluso populares de Europa y Estados Unidos.  Alcanzando lo que podríamos coincidir como un "des-concierto", que provoca en la escena una revisión interpretativa por su manera de concebirla, como un recital.  Los gestos estrepitosos, la ausencia de diálogos, la música junto a las expresiones jocosas, logran en el público su esparcimiento,  el cual se decanta fácilmente por la risa espontánea.

Ara Malikian, de origen libanés, es un artista exclusivo de Warner Music, sello con el cual ha logrado una amplia discografía, en la que se incluyen: las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi (más de 80.000 copias vendidas para Unicef), Las sonatas para violín y piano de Robert Schumann, las Sonatas y partitas para violín solo de J.S.Bach, las 6 sonatas de Eugene Ysaÿe y los 24 Caprichos de Niccolo Paganini. Pablo Sarasate, Enrique Arbós y Astor Piazzola.

Premio al Mejor Espectáculo del Fringe Festival (Edimburgo-Reino Unido), otorgado por los editores del periódico THREE WEEKS, 2008.

Premio del público en el Festival de Teatro de Chiclana (Cádiz), 2008.

Moerser Comedy Preis 2009 en el International Comedy Arts Festival en Moers (Alemania) 2009. Premio "Mejor Espectáculo Musical" del Teatro Rojas en Toledo (España), 2009-

Intentando conocer un poco más acerca de mi percepción y ofrecer a mis lectores una visión crítica de éste espectáculo, en el que a mi modo de ver el clown se propone como punta de iceberg. Esta técnica teatral según la historia de algunas fuentes consultadas, se nos remonta al descubrimiento de diálogos escritos en tumbas egipcias dedicados al arte de los bufones y los sátiros. O los «lubyet» o «hombres fríos» del Oriente, quienes solían imitar los miembros de la familia real. 

Luego en Italia, éste género  se hizo más popular en la comedia del arte, se extiende por toda Europa, en el que una compañía representaba una tragedia, una farsa y una comedia, recordemos a Moliere. Hasta que más tarde en Paris  en el siglo XVIII, el espectáculo ecuestre  de Philip Ashley, a quien se le atribuye en todos los libros, el origen del circo; da a conocer por primera vez la palabra clown, para nombrar un actor que hace reír al público: un bufón, sátiro, saltimbanqui, farsante, charlatán, que encarna en él todos los actores cómicos de la historia. Cuyo origen y carácter logran desarrollar una escena, creando caídas, gestos, torpezas, desplazamientos acentuados, sátira sensual, picardía, en fin un espectáculo concebido para entretener.

Los acentos que van a atraer la atención del espectador, provocan su tensión, para generar luego una liberación a través de la risa espontánea, perfecta catarsis para nuestros tiempos, la cual incluso se une a la ternura. Por otro lado la admiración y el miedo, permite conectarse con los espectadores, en una especie de diálogo de interpretaciones, cuando se observan expresiones corporales o gestuales, que desafían la gravedad y se presumen peligrosas. Alcanzando por igual la risa la distensión y respiración, que a fuerza de repetirse crean en el espectador una cadena de emociones espectaculares, sin necesidad de recurrir a una forma narrativa o a una representación de una historia.

Cuatro músicos en sus trajes clásicos e instrumento en mano, hacen aparición en el escenario Ara Malikian, Eduardo Ortega, Gartxot Ortiz y Fernando Clemente, para ofrecer noventa minutos de un fresco espectáculo. Escenas memorables como "El Canon de Pachelbel", en la que la locura  logra sorprender en su resolución. Los números corales, tratados desde la perspectiva de la individualidad, el deleite que nos produce un violín eléctrico, o el no menos divertido toque de castañuelas. Nos permiten concluir que,  "PAGANINI", en muchos casos logra su cometido, aunque por momentos caiga en vacíos de atención, pues el espectador ya reconoce lo que va a suceder. 

Sin embargo, su fecundo contrapunteo, nos devela a cuatro personajes, que alcanzan en su oferta, una propuesta músico-teatral en la que la fantasía y el juego  satírico, surgen como protagonistas, proponiendo una experiencia que concluye en comicidad, ritmo y demencia física.