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«Medea del Olimar», la potencia escénica que se supera en su segunda temporada
Por: Julio César Alcubilla para Récord Report Internacional en THP.
Artes Escénicas.
Aunque el año pasado había abordado el análisis de esta memorable pieza, de Marisol Martínez. Considero importante, al ver esta función que inaugura la segunda temporada de este montaje, recordemos algunos aspectos o antecedentes, en los cuales me baso para ofrecer a mis apreciados lectores, un nuevo aporte crítico.
En la primera temporada, fui gratamente relacionado con el trabajo logrado, tanto en la puesta en escena, como en el grupo actoral. Sin embargo destaqué para aquel entonces el trabajo de la actriz protagonista Luz Dari Quitian y consideré que el resto del elenco, que en algunos casos, su personaje no había logrado ese anclaje esperado.
Sin embargo, la pieza me conmovió, hoy luego de ver la pasada función del sábado 04 de Agosto, a las 04:00 pm. En el Trasnocho Cultural, del CC Paseo Las Mercedes, inicio este análisis crítico, tomando nuevamente en consideración en primer lugar una revisión, sobre el planteamiento de los roles femeninos en el teatro clásico de Eurípides, en su obra Medea, la cul ni la justicia, ni la realidad se perciben del mismo modo.
En Medea del Olimar, podemos constatar esto, al igual que tanto en las tragedias de Eurípides, la mujer es capaz de llegar a los estados alterados más irracionales, si considera tiene un motivo.
Marisol Martínez, Directora y Dramaturga nos presenta en esta segunda temporada de la obra teatral de Mariana Percovich "Medea del Olimar el respeto de un texto, exponiendo nuevamente arrojo e ingenio en esta reposición, hasta el punto que eleva aún mas la obra, tomando como punto de partida, en su mirar desde la mujer, su sexualidad, sensualidad y antagonismos. Incluyendo otras actrices.
Plasmados en la escena, con una estética envolvente, en la que escenografía, vestuario, elementos semióticos, musicalización e iluminación. Logran un espectáculo, aun mas logrado, rozando el virtuocismo representativo y la teatralidad mas clara y decidida. Al profundizar en la puesta en escena, se asume el dispositivo escénico como resultado de esta múltiple presentación. En la cual destacan, por varios momentos en intensidades, encadenadas a valores escénicos en constante mutación.
Una vez más Medea del Olimar al compararla con la Medea de Eurípides, coinciden en que este rol ha de ser, llevado a cabo por una actriz, que sea capaz de lograr la tensión dramática necesaria, la cual va aumentando progresivamente. Esto, una vez más es logrado por Luz Dary Quitian, con trascendente acierto.
Otra coincidencia a destacar, entre la Medea del Olimar y la Tragedia de Medea de Eurípides, es la que se expone con una fuerza interior del personaje y los personajes, que en este caso, Marisol Martínez fragmenta a Medea del Olimar, en cuatro personajes más, que emanan o conviven a partir de ella. Representantes por un lado del "Coro" del teatro griego y por el otro, de las distintas mujeres que conviven en nuestra sociedad contemporánea.
Develando de alguna manera un orgullo insolente, el cual anuncia el desenlace.
Además de ello, este trabajo de Medea del Olimar, roza lo expuesto por Eurípides, en ese manifiesto de las debilidades humanas.
Incursionando, en ese interesante decrecimiento del personaje Medea del Olimar. El cual utiliza con reserva los desplazamientos escénicos, especialmente en las entradas y salidas del personaje.
Otra coincidencia que observé en este montaje, con respecto a la Tragedia de Medea de Eurípides, en el trabajo que nos ofrece la actriz Luz Dary Quitian, es el de la develación de la vulnerabilidad del ser humano, sus contradicciones.
Es innegable que Marisol Martínez junto a sus creadores escénicos y equipo, nos ofrece un espectáculo, solapando postmodernidad, en las cual las acciones performativas, nos llevan a toparnos con un laboratorio de experiencias sensitivas, en las que como espectadores jugamos con la escena, interdiscursiva, vanguardista, y como receptores, nos convertimos en el nuevo sujeto de la puesta en escena.
Al poner bajo la lupa, el acertado trabajo de este elenco nos invitan a reflexionar, participamos, nos emocionamos, hasta el punto que experimentamos una conmoción que nos propone cambiar nuestra actitud en la sociedad.
El espacio escénico en esta propuesta es la Sala Experimental del Trasnocho Cultural nuevamente es deformado o son difuminados sus bordes. En el que la arquitectura lumínica o juego de luces, intentan abrir los limites del escenario. Sin olvidad esos espacios escénicos independientes, como los utilizados por el coro de Medea del Olimar.
En el montaje de Marisol Martinez "Medea del Olimar", se nos asoma la interdiscursividad como una variante de la intertextualidad, o esa relación que establece la obra, con los diferentes recursos o soportes del arte: luces, música contemporánea, lo rural junto a lo marginal de la ciudad, etc.
Que tienen como objetivo trasladar al espectador a esa dimensión, que media entre el dialogo ausente y perdido del personaje y la percepción interna del espectador.
El escenario se convierte en un trozo de la vida, no olvidando por otro lado lo que destacaba Constantin Stanivslasky, en el que el actor acudiendo a su memoria emotiva alcanzaba en el escenario la verdad entendida, como aquella que podría existir y suceder y creemos como si ya hubiese existido.
Marisol Martínez en Medea del Olimar por igual, puede ser leída, como un acercamiento al teatro Gorkio del nuevo realismo, al mostrar los desajustes o desequilibrios sociales de este personaje, en sus otras "Medeas", promotoras a su vez de situaciones injustas, sociales y culturales que agreden a la persona y la transforman en instrumento, variando dentro de una cárcel un juicio, que mas que comprender su desenlace, de muerte, nos hace parte de esa Diosa Vacuna, de esa Diosa Rural.
Considerando, además, como la exponen Yarhold y Brecht, la percepción de la escena como espacio lúdico, en el que el proceso teatral se muestra como tal sin pretensiones imitativas.
Sin embargo, al profundizar de nuevo en esta obra, me oriento más que estamos frente a un hecho escénico de una factura primordialmente representativa, en la que no se obvia el teatro dramático naturalista, más psicológico e intelectual, demandando del espectador, mayor compromiso en su proceso de desconstrucción de las escenas.
El elenco de Medea del Olimar, con sorprendente trabajo de actor, fuerza, gestualidad, compromiso y bien lograda dramarurgía corporal, nos presenta una historia oscura, por la ausencia casi total de detalles. en la que una mujer se considera una vaca que parió un potrillo.
Esto propone una alegoría sobre la muerte y la faena de los vacunos. Percovich en su texto ofrece un raro neologismo, comparando a una niña con una potrilla.
Como una vaquilla joven del Olimar. Profundizando una vez mas en la Medea de Eurípides, Medea mata a su hija para vengarse de Jason que la va a abandonar para casarse con Glanca, la hija de Creón rey de Corinto. Al final de una serie de sucesos, la Medea de la Mitología, triunfa y asciende al Olimpo, donde disfruta el amor de Aquiles, ese guerrero memorable.
Por su parte, el futuro de Medea del Olimar es el juzgado penal el hospicio, la muerte emancipada y liberadora.
Esta pieza fue escrita un tanto superficial, sin mayores profundidades estilísticas y de contenido. Sin embargo, el hecho teatral la eleva se da a partir de una visión evinvestigación de su autora, Mariana Percovich, la cual escribió este texto en 2010.
Inspirada en un caso real de una uruguaya del campo, en una triple frontera, en la localidad de Cerro Chato, asesina a su hija de corta edad. Y a partir de este caso Mariana Percovich, luego de un proceso de investigación, en el lugar de los hechos. Se da cuenta que allí existía una tragedia para contar, la cual se podría transformar en una metáfora de la situación de muchas mujeres en el campo o en general pobres.
Estamos frente a un hecho escénico de una factura esenialmente representativa, en la que no se obvia el teatro dramático naturalista, más psicológico e intelectual, demandando del espectador, mayor compromiso en su proceso de desconstrucción de las escenas.
Marisol Martínez nos ofrece un concepto escenográfico, estético, en el que el espacio conceptual con predominio de un realismo apuntado, se dirige a aportar información del lugar donde se deasarrolle la escena.
En la Medea de Eurípides, Medea mata a su hija para vengarse de Jasón que la va a abandonar para casarse con Glanca, la hija de Creón rey de Corinto. Al final de una serie de sucesos, la Medea de la Mitología, triunfa y asciende al Olimpo, donde disfruta el amor de Aquiles, ese guerrero memorable.
Por su parte, el futuro de Medea del Olimar es el juzgado penal el hospicio, la muerte emancipada y liberadora.
Esta pieza fue escrita un tanto superficial, sin mayores profundidades estilísticas y de contenido. Sin embargo, el hecho teatral la eleva se da a partir de una visión evinvestigación de su autora, Mariana Percovich, la cual escribió este texto en 2010.
Director: Marisol Martínez
Productor: Hany Rivera
Autor: Mariana Percovich
Elenco:
Luz Dary Quitián (Medea),
Valentina Garrido (Detective-Coro),
Randimar Guevara (Coro),
Zahir Mora (Coro),
Dayana Cadenas (Coro),
Sol Vásquez (Milagro)
Medea es un canto al desamor y se canta desde el barrio, entre Lavoe y el Trap. Una penitencia hasta el "Deux es machina", la intervención de la Maquinaria Divina, único medio salvador ante tan aplastante realidad.
Sala Espacio Plural del trasnocho, con un elenco conformado por artistas independientes de reconocida trayectoria en el ámbito teatral.
La cita es a partir del 26 de julio, y, hasta el 18 de agosto del 2019 viernes 5:00pm, sábados y domingos 4:00pm, en el Espacio plural del Trasnocho, C.C. Paseo Las Mercedes.
Fuente: Julio César Alcubilla/Récord Réport Internacional en THP/ARTES ESCÉNICAS