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El Quijote y Sancho Panza en la dimensión del escultor Iván Salgrero Curiel
Por: Julio César Alcubilla
mail: julio.c.alcubilla @gmail.com
Acerca del Quijote, el caballero de la triste figura, motivo para que se diera en el mundo un proceso creativo, que trasciende los tiempos, un personaje que además impacta, y en el que en parte nos reconocemos.
El Quijote en las artes plásticas ha estado presente desde haberlo creado Miguel de Cervantes, quizás por ello, por inspiración, por reto, el escultor venezolano Iván Salgrero Curiel, para satisfacer un encargo de un coleccionista, encontró una razón para dialogar con la intimidad de el Quijote y Sancho Panza.
Curiel, roza a Much, ofreciendo una pareja escultórica que dialogan en el tiempo, mostrando rebeldía y atención en las emociones. Profundizando más allá de la investigación poética de los personajes, del Quijote y Sancho.
Nos seduce en la vanguardia no alejada del estado de pureza, otorgando a este grupo escultórico alma, vida perforada y rostros espectrales, alcanzando lo metafísico. Los cuáles despiertan a la vida del espectador, logrando que este no sólo lea, sino que se permita intimar con su obra.
En ella a primera vista notamos una técnica conceptual casi ingenua, pero ciertamente no alejada de la escultura expresionista, que nos atrapa hasta alcanzar y comulgar con Iván, en la dimensión intimista y de alguna manera mística, presente en su obra.
Códigos expresivos que nos acercan al juego de los personajes, que posiblemente para los especialistas, toma del arte naif, la espontaneidad. Enfatiza además en la vanguardia, convocando al espectador a esa mirada interior, la fuerza del gesto, del quebranto y la ilusión quimérica.
Curiel hace uso de los contornos definidos con precisión, sensación volumétrica producida por el metal, el hierro perforado quebrantado por el Yo de cada personaje, unido a la memoria colectiva.
Reflexionando por igual, que incluso nos recuerda al pintor de la antigüedad Verrochio, el cual destacaba por la teatralidad y dinamismo de su obra, acercándose Curiel con acento al arte conceptual.
El cual basado en sus aspectos formales académicos, demuestra su sensibilidad creativa para estimular el universo reflexivo, proponiendo un gran equilibrio semántico en el que el espectador, al contemplar su obra del Quijote y Sancho capta el dialogo que se estable con el ambiente en el que se ha instalado la obra.
El happening, no es olvidado por Curiel, pretendiendo así ese implicarse con el sentido de la obra. Concluyendo, que el escultor venezolano Iván Salgrero Curiel en su ingenuidad y frescura expresiva, nos propone a su vez, un concepto de escultura expresionista, en el cual su visión personal se libera en un acentuado movimiento, que pretende una actitud vitalista, alegre, saludable.
Obsequiándonos, ese contenido subjetivo de ésta pareja del Quijote y Sancho Panza.
Para una próxima entrega, la entrevista en exclusiva con el escultor Iván Salgrero Curiel
Fuente: Julio César Alcubilla/Periodista y Crítico de Artes/récord report internacional