Miscelánea y otros

Cómo descubrir que eres un verdadero adicto a los videojuegos

Pasar largas horas frente a la consola de videojuegos, incluso con el ordenador y los juegos en línea es un gran pasatiempos que puedes realizar solo o con amigos incluso para una noche de viernes diferente cuando no te apetece salir en conquista de chicas.

Sin embargo, de la elección a la adicción hay un pequeño paso que se pone de manifiesto en claras señales: piel pálida, ojos cuadrados y fotosensibilidad no son sólo ingredientes de una película de ciencia ficción sino los posibles síntomas de que estás jugando demasiados videojuegos.

Los jugadores hardcore no miden las horas que pasan frente a la consola y a menudo se sienten perseguidos no sólo por sus novias, madres y hermanas que piden desocupar el living, salir a bailar o que por favor te des una ducha; sino que también sospechan que son perseguidos por esas criaturas con las que se debate en el mundo de los bits.

Si quieres conocer el límite entre sano e insalubre. Entre jugador de fin de semana y gammer adicto; verifica el listado de los 10 signos que te ayudarán a identificar si acaso juegas videojuegos con demasiada frecuencia.

Basas tus otras compras electrónicas alrededor de tu consola
Un TV de más pulgadas que las que caben en el living de tu casa, un equipo de audio capaz de desarrollar una gran potencia de sonido con que mantener despiertos a todos los vecinos durante una noche de juegos con amigos. Si todo lo que compras en electrónica ha sido elegido "porque es bueno para tu consola" es la señal número 10 de que pasas demasiado tiempo con los juegos de vídeo.

Crees que podrías bautizar una nueva enfermedad para los dedos pulgares: Mal de gammers

Dedos pulgares contracturados o adoloridos
Si luego de varias batallas, victorias y derrotas incluidas tus pulgares claman que les permitas darse por vencidos; es señal de que has apretado demasiados botones -al menos por hoy-. Tus dedos pulgares tienen músculos y tendones que, si los utilizas demasiado y no les das buen descanso, dolerán.

Hardware insuficiente
Aún cuando puedas superar el dolor de los pulgares, incluso si encuentras un buen cojín para pasar todas esas horas sentado frente a la pantalla; existe otra señal clara de que juegas demasiados videojuegos.

El hardware tiene limitaciones que, si jugaras menos horas tardarías más tiempo en alcanzar, pero al ritmo que vas, necesitas cambiar la placa madre, el disco duro y mejorar la placa de vídeo para ver los bigotes del alien como corresponde.

Recuerda que por más duro y garantido que se encuentren los periféricos, ya sea un martillo de Wii Xbox 360, PS3 o un joystick de simulación de vuelos; el exceso de horas apretujando los controles en juego constante, los insultos, el lanzamiento de los controladores más allá de los territorios de los cables y el Bluetooth pueden ocasionar errores del sistema o "problemas de conexión".

Salir con amigos sí, pero llevo mi portatil para una partidita entre la cena y el postre

Cuando estás invitado a jugar al tenis, das por sentado que será en Wii
Si tus compañeros de la oficina o la chica de las fotocopias que tanto te gusta ver pasar te llaman un fin de semana para invitarte a un amistoso de tenis, deberías ir pensando que si los ves aparecer con shorts / faldas, sudaderas y una botella de agua mineral, en realidad no pretenden un espacio en tu sofá para "jugar" tenis en la Wii.

Fotosensibilidad
Tan apacible es la luz de los LCD cuando proyectan juegos de vídeo que el sol se vuelve altamente dañino para tus dilatadas pupilas.

Si al salir de casa esperas que esa gran bola de fuego se esconda y aún así te colocas una gafas de sol, probablemente has comenzado la metamorfosis que acabará convirtiéndote en uno de esos escurridizos personajes de tus juegos.

Se refieren a tí por tu avatar y no por tu nombre real
Probablemente has dejado de responder al nombre con que tu madre te registró al nacer y es por ello que quienes necesitan comunicarse contigo han comenzado a utilizar el nombre de tu avatar. El único sonido al cual respondes.

Si además de esta clara señal, también firmas tus emails y hasta has enviado alguna que otra postal con la firma daemon666 en vez de José Manuel; sin dudas, estás jugando demasiados juegos de vídeo.

Según el grado de adicción, comienzas a convertirte en un avatar

Piensas en juegos cuando no juegas juegos
En el trabajo, el tren, el coche, tu hogar, ¡durante una cita con tu novia! se te ocurre la mejor estrategia para vencer a ese personaje que te ha liquidado en 15 partidas seguidas. Pides una servilleta y anotas el paso a paso o apresuras la cuenta para unirte a la "matrix2 de tu consola… No puedes seguir pensando que "nada malo ocurre".

Cuentas las horas ¡y esperas! para el lanzamiento de un nuevo juego
No sólo quieres jugar, quieres ser el primero en rasgar el celofán que te separa de una nueva adicción. No importa si el juego saldrá a la venta a las 8 am hora de España, China o USA, te mantendrás online las 24 horas, por si acaso se saturan los servidores. O peor aún, irás a hacer cola a la tienda un par de días antes, no sea que reciban pocas copias y tu te quedes sin la tuya.

Tus relaciones y vínculos más fuertes se encuentran en la red
Amigos, citas, familia, ¿qué eran? ¿cómo se oían? Sólo si hay una Xbox Live o PSN de por medio, las personas reales pueden comunicarse contigo. SMS y correos electrónicos todavía funcionan.

Un nuevo vídeo viral de alguien enojándose con la consola te tiene de protagonista
Seguramente a esta altura el vídeo del pequeño muchacho regordete que golpea su teclado y lanza periféricos junto con maldiciones en alemán no te parecen tan malos. Al fin y al cabo es una "reacción" que tú también tendrías en un caso similar.

Pero si acaso eres tú el individuo ofuscado en ese nuevo viral que comienza a recorrer las redes sociales y hasta es usado como avatar en los foros de gammers, estás, sin duda, más cerca de lo insalubre en cuanto a adicciones a los videojuegos se refiere.

Ahora que si nunca sales del "entorno virtual del juego" poco te importan las redes sociales, los vídeos virales y, mucho menos, la opinión de gente real que busca algo más a qué hacerse adicto.

Fotografías: cache.gawker, ssoosay, adactio y Rebecca Pollard en Flickr.

Fuente: Brenda Zaniuk – gameover.es (Askmen)

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