Desafíos del 5G para los operadores de red
La transición a la nueva tecnología 5G promete oportunidades de negocio, atractivas para los sectores que logren desarrollar una infraestructura de red sustentable.
A medida que aumentaba el número de trabajadores a distancia durante las primeras fases de la pandemia, los operadores trasladaron la inversión a la infraestructura fija que sustenta las conexiones de banda ancha domésticas. Ante el inicio del 2022, veremos cómo se renueva el interés por el crecimiento de la tecnología 4G y se dedican esfuerzos a evaluar las formas más prácticas de aumentar la capacidad de los planes de despliegue de la tecnología 5G. Hay tres tendencias principales en el mercado para este año:
Determinar una estrategia para simplificar los despliegues de 5G
Los operadores de América Latina saben que ha comenzado la carrera por el despliegue del 5G a nivel internacional, de acuerdo con el Reporte de Economía Móvil de América Latina (2020) de GSMA se espera que para el 2025 se hayan establecido 62 millones de conexiones 5G. El principal país en perfilarse como líder de la transformación es Brasil, aunque el panorama podría cambiar a medida que inicien nuevas oportunidades de negocios, lo que supone una presión aún mayor para que los operadores desplieguen el espectro con rapidez.
Esta sensación de urgencia crea nuevas oportunidades para que los operadores móviles conviertan en una realidad las previsiones de GSMA respecto al 5G, que podría acaparar el 12% de las conexiones en América Latina. El camino a ese futuro tiene requisitos cada vez mayores de capacidad de red, eficiencia espectral y una ruta de migración hacia esta tecnología.
Los operadores también deben encontrar formas de monetizar sus redes, veremos cómo la primera capa de 5G adquiere relevancia principalmente en las ciudades. Además de velocidades móviles más rápidas, el sector probará nuevos casos de uso, como experiencias personalizadas para los clientes y collares con 5G. El espectro utilizado para estos nuevos servicios requerirá una densificación, lo que implica el uso de la tecnología que permita una cobertura local.
También podemos ver innovaciones en los modelos de negocio procedentes del sector salud, como el caso de Chile, que adoptó esta tecnología para conectar 199 hospitales y 358 postas de salud rural, un proceso útil en los procedimientos médicos remotos y la telemedicina. Esta tendencia puede continuar a medida que los especialistas superen el reto de maximizar la conectividad 5G con soluciones óptimas en el intercambio de datos.
Descubriendo formas de maximizar la infraestructura actual
La transición hacia el 5G se ha convertido en algo tan relacionado con la ingeniería civil como con la tecnología. Con el 5G hay nuevas frecuencias, lo que significa que habrá que desplegar nuevos equipos sobre torres ya saturadas. Los operadores se enfrentan a importantes retos, ya que esta combinación de equipos 4G y 5G más pesados somete a los mástiles de telefonía a una tensión adicional.
Los operadores de telefonía móvil están buscando formas de maximizar el uso de su infraestructura actual al tiempo que reducen el consumo de energía. El objetivo es minimizar la necesidad de construir nuevas torres o de añadir estructuras a las existentes.
Para ello, los ingenieros combinarán las antenas activas de la 5G con las antenas pasivas de las estaciones base ya utilizadas en las redes celulares heredadas. Los operadores buscarán tecnologías que optimicen el espacio de sus torres y la carga de viento, mientras combinan múltiples antenas bajo una sola radio. Es posible que más operadores de redes recurran a proveedores de host neutrales para reducir la huella, el coste y aumentar la eficiencia energética.
De cara al futuro, los operadores seguirán aumentando sus credenciales ecológicas, investigando cuánta energía se utiliza para fabricar componentes 5G. Esto podría incluir compromisos ecológicos adicionales basados en la legislación y las preocupaciones en torno al almacenamiento de energía, el uso de nuevas energías y la disipación del calor. Los equipos energéticamente eficientes, la electricidad renovable y las nuevas formas de alimentar la red seguirán siendo objeto de medición, ya que los operadores pretenden reducir su huella de carbono.
Ser ecológico nunca ha sido tan importante como en un mundo cada vez más 5G, sobre todo porque los operadores de redes podrían enfrentarse a un aumento significativo en consumo de energía. A medida que los operadores recurren a técnicas de entrada y salida múltiple (MIMO) para prepararse para el 5G, podrían consumir potencialmente entre 2,5 y 3 veces más energía que los sistemas anteriores. Esto significa que, en un futuro previsible, los millones de emplazamientos de celdas que se encuentran en el corazón de la red 5G necesitarán más energía que sus predecesores de la evolución a largo plazo (LTE), como se menciona en un artículo de CommScope de la GSMA.
Aunque las soluciones de antena pasiva consumen muy poca energía y su fabricación es menos costosa, los operadores se preocuparán más por el consumo de energía en 2022 a medida que desplieguen más antenas MIMO masivas para zonas urbanas y suburbanas.
Además, el espectro de la banda C se ha asignado recientemente, por lo que los operadores aún no han tenido tiempo de poner en marcha las redes de banda C, pero a medida que lo hagan, el consumo de energía se convertirá en un factor clave a tener en cuenta. En el futuro, es posible que veamos un software de gestión de redes nativo de la nube que utilice la analítica para recoger datos de los dispositivos sobre el terreno. Esto podría ayudar a identificar los problemas de rendimiento de la red que se avecinan antes de que sucedan.
Buscando formas de apoyar la O-RAN
Antes de que la Open RAN se convierta en una tecnología básica de 5G, aún queda mucho trabajo por hacer en torno a la interoperabilidad entre proveedores. Debe haber más compromiso en la promoción de la arquitectura de red y los estándares de la industria en 2022.
La atención se centrará en la planificación a largo plazo, con un énfasis específico en la Open RAN como concepto para 4G, mientras los operadores consideran nuevas estrategias sobre cómo se desarrollarán los nuevos estándares en los despliegues de 5G en el mundo y América Latina. Hasta diciembre de 2021, Brasil se destacó por invertir en un ecosistema RAN a través de CPQD, el único laboratorio de América Latina que cuenta con el apoyo de organización europea O-RAN.
En última instancia, el objetivo de la O-RAN será impulsar la innovación. Los operadores tendrán más flexibilidad en cuanto a los tipos de servicios que ofrecen a medida que terceros escriban nuevas aplicaciones impulsadas por la IA.
Preparando las redes inalámbricas exteriores para el futuro
Se estima que los operadores invertirán más de 30 mil millones de dólares en los próximos 20 años, mientras captan el crecimiento emergente del 5G. El 2022 será un año de creación de experiencia en la planificación y el despliegue de redes 5G.
Los operadores recurrirán a proveedores que puedan ayudar a simplificar los despliegues de 5G y a maximizar las inversiones previas. Por ejemplo, las antenas híbridas activas/pasivas pueden reducir la carga de las torres y los costes operativos. Las conexiones simplificadas de estaciones base y de radio aceleran los despliegues y reducen los costes de mano de obra. Los equipos de acondicionamiento de energía pueden reducir el consumo de energía.
Además se espera que los proveedores de equipos de telecomunicaciones ofrezcan soluciones agnósticas a la red, para que sus clientes tengan más flexibilidad en las opciones de despliegue.
(*) El autor es Senior Vicepresidente y Líder del segmento Outdoor Wireless Networks en CommScope.
Foto de cabecera: Los operadores deben evitar saturaciones en las antenas de conexión 5G (CommScope).
CommScope (NASDAQ: COMM) está empujando los límites de la tecnología para crear las redes cableadas e inalámbricas más avanzadas del mundo. Nuestro equipo global de empleados, innovadores y tecnólogos capacita a los clientes para anticipar lo que sigue e inventar lo que es posible.
Fuente: Farid Firouzbakht (*) – commscope.com