Ciencia, tecnologia y derechos humanos
Quizás recuerde cuando el médico ruso Andrei Sakharov se transformó en el foco de protestas por parte de movimientos de derechos humanos, llamando la atención sobre la rudeza con la que el gobierno de la URSS trataba a sus críticos. Tradicionalmente, los debates sobre los vínculos entre la ciencia y los derechos humanos se enfocaron en la compleja situación de los académicos y en particular a sus derechos a la libertad de expresión, como seres humanos y como intelectuales. Desde entonces, el debate entre ciencia y derechos humanos se ha ampliado considerablemente.
El uso de la tecnología puede ofrecer evidencias sobre los abusos a los derechos humanos. Por ejemplo, el empleo que hizo Amnistía Internacional de imágenes satelitales para probar las ejecuciones ilegales y la destrucción de poblados en distintos conflictos en el Medio Oriente y Sudán. Adicionalmente, existe un creciente interés por promover la idea de que el disfrute de los productos del conocimiento científico es un derecho humano básico y, sobre todo, cómo se puede implementar este derecho en el marco del desarrollo social y económico. Los enfoques de derechos humanos para las políticas pueden tener un impacto en muchas áreas de la ciencia, tecnología y desarrollo, incluyendo lo relacionado con el cambio climático, vivienda, producción de energía, deforestación, acceso al agua potable, salud pública, etc.
La perspectiva desde los derechos humanos es que participemos y nos beneficiemos de los avances científicos y que estemos protegidos de los excesos de la ciencia (Artículo 27 (1) de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Esto implica que los beneficios del avance científico deben ser compartidos abiertamente, libres de restricciones por parte de grupos sociales, entidades corporativas o estados. Por ello, se busca crear las condiciones necesarias para una participación equitativa en la comunidad científica mundial y un acceso justo a la información y los bienes científicos.
Un enfoque basado en los derechos humanos reconoce que la ciencia es una actividad humana socialmente organizada que está cargada de valores. Para ello, se requiere que vayamos más allá de saber cómo nuestro trabajo se relaciona con los derechos humanos y exige que nos esforcemos por afirmarlos y asegurarlos a través del conocimiento que generamos. Por ejemplo, un enfoque basado en los derechos para los estudios con virus no solo empujaría las fronteras de la medicina y buscaría los beneficios médicos, sino que nos protegería de crear armas biológicas. Por tanto, se afirma que todos los avances en el conocimiento científico y tecnológico deben orientarse a garantizar el bienestar de los ciudadanos del mundo y convoca a los Estados miembros, a desarrollar el protocolo y las políticas necesarias para monitorear y asegurar este objetivo.
Con capacidades científicas y tecnológicas adecuadas, equitativamente distribuidas a través de programas apropiados de educación e investigación como base indispensable para un desarrollo económico, social, cultural y ambientalmente racional, lo cual es particularmente urgente para nuestro país.
La ciencia y el respeto por los derechos humanos dependen en gran medida unos de otros. Por ejemplo, los científicos dependen de los derechos humanos para proteger su propia libertad científica, lo que a su vez les permite promover el bienestar y los derechos humanos a través de su trabajo. Esto se extiende a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) como herramientas que pueden facilitar el acceso al conocimiento científico. Las TIC están influyendo rápidamente en la práctica democrática a través del gobierno electrónico y las redes sociales. Pero el uso de herramientas TIC también se puede suprimir a través de la censura o la desinversión, lo que trae nuevas formas de exclusión.
Esto ilustra cómo los enfoques de derechos humanos pueden respaldar las demandas de un uso justo y efectivo de tecnologías como las TIC. Adicionalmente, el manejo inadecuado de la ciencia puede causar daños graves a los sistemas sociales y ecológicos de los que depende la vida. Es así, que las tecnologías militares pueden usarse para socavar la libertad y la justicia.
El derecho a la ciencia y sus beneficios aún no es central para la ética del desarrollo. Pero queda claro que un enfoque en derechos humanos agrega una dimensión moral a estos debates que pueden ayudar a aumentar la presión sobre instituciones y gobiernos, para que actúen responsablemente. Es así que la declaración de la UNESCO sobre bioética y derechos humanos, es un hito importante para acercar los enfoques basados en los derechos humanos a las implicaciones éticas de la rápida transformación tecnológica. Hace un llamado explícito a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que reconoce que las cuestiones éticas deben examinarse desde la perspectiva de los derechos.
En términos concretos, esto requiere que los responsables políticos y las partes interesadas permanezcan vigilantes para remediar la vulnerabilidad y las desigualdades humanas, al tiempo que se establecen activamente mecanismos que frustran los abusos contra los derechos humanos.
En otras palabras, los enfoques basados en los derechos humanos no deberían tratarse como meras dimensiones morales decorativas para la política o la innovación científica y tecnológica. Pueden formar el corazón de un futuro sostenible.
(*) Paulino Betancourt Figueroa (@p_betanco) es profesor-investigador de Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat, editor de la Revista Catálisis, Presidente (H) de la Sociedad Venezolana de Catálisis.
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Foto de cabecera: genéticabioeticablogspot.com.
Fuente: Paulino Betancourt Figueroa (*) – efectococuyo.com