Donald Hoffman: Todo lo que percibimos es falso, o, en el mejor de los casos, una versión edulcorada de la realidad
Fiel a las concepciones de la física cuántica que establece que los objetos (sistemas solares, trenes, serpientes, etc) no existen objetivamente, excepto si uno decide observarlos empleando imágenes cerebrales preestablecidas (algunas, heredadas), Donald Hoffman (científico cognitivo/Universidad de California-Irvine), arguye que las percepciones humanas (sonidos, olfato, gusto, etc.) de la realidad externa, son falsas, no siéndonos posible percibir el mundo real directamente. Que percibimos solo lo que nuestros cerebros estiman como óptimo a fin de favorecer nuestra adaptación y supervivencia en el mundo externo.
Por alguna razón (no favorable o quizás semejante a la explicitada en el film: The Matrix u, otra), la realidad verdadera estaría fuera de nuestro alcance. Las percepciones finales que tendríamos serian simulaciones internas (elaboradas por nuestro cerebro), de una realidad externa, siendo predecible nuestra extinción como especie, si nuestro cerebro no hiciera este trabajo aparentemente sucio.
Hoffmann añade que muchas personas involucradas en esta área (neurólogos, neurocirujanos, psicólogos), no actualizados con los avances de la física moderna, continúan adecuando la interpretación de sus investigaciones a modelos de la física clásica (tiempo absoluto, objetos ocupando lugares inmutables en el espacio), arguyendo que las propiedades cerebrales son independientes de cualquier observador, que el tiempo es absoluto, que los objetos tienen localizaciones fijas en el espacio, cuando lo real es que trenes, serpientes y cerebros no existen en espacios preexistentes, excepto si uno decide observarlos.
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Hoffmann aboga también por independizar en los experimentos seudocientíficos al observador de lo observado a fin de entender como cada individuo construye su propio mundo (y su propia conciencia) y se interconecta mediante el fenómeno entrelazamiento con la gran comunidad de seres conscientes Por si fuera poco, ha creado un modelo matemático del observador para acceder a la realidad oculta a partir de las falsas percepciones cerebrales, porque las funciones matemáticas describen en forma adecuada las estrategias de supervivencia y reproducción, aclarando que las percepciones cerebrales modificadas tienen como objetivo la supervivencia y no la verdad (no necesaria para sobrevivir).
Así, según Hoffmann: trenes, serpientes, cerebros y otros, son descripciones creadas por los sistemas sensoriales de cada individuo para sobrevivir y capear con las consecuencias de sus acciones.
Fuente: Víctor Mechan Méndez – vmechanm.blogspot.com