Flores lanzan señales eléctricas para atraer abejas
Observar a un abejorro dentro de una flor hermosa y brillante es una vista común en los meses de verano. Desde hace tiempo se sabe que las abejas son atraídas por las flores por sus colores brillantes y aromas tentadores. Sin embargo, hasta ahora se ha descubierto que las flores están utilizando fuerzas menos obvias para atraer a sus polinizadores.
Los científicos revelaron en un estudio reciente que las flores emiten señales eléctricas para atraer abejorros para su polen – con la tensión eléctrica cambiando para advertir a los demás cuando la cantidad de su néctar es bajo.
Las flores utilizan señales eléctricas que trabajan en concierto con sus atributos físicos – mejorando así su poder de promoción para las abejas.
Un equipo de científicos de la Universidad de Bristol, estudiaron a casi 200 abejas recolectando polen de petunias para revelar la por primera vez esta relación eléctrica.
El Estudiante de doctorado Dominic Clark, de la Universidad de Bristol de Ciencias Biológicas, dijo: "Las flores son como vallas publicitarias gigantes para las abejas.
"Hemos sabido durante mucho tiempo que las flores utilizan el color y el olor para anunciarse a sus polinizadores.
"Pero recientemente, sin embargo, se está descubriendo que las flores aprovechan más y más los sentidos de sus polinizadores para enviar sus mensajes de alerta sobre su polen.
Pero también las flores emiten señales a otros seres vivos como los insectos o los murcielagos. "Tenemos por ejemplo a las flores de la vid que cambian de forma cuando están vacías de néctar para que se vean diferente al radar de ecolocalización de los murciélagos y así el murciélago puede evitarlos.
"Creemos que el campo eléctrico es una fuente previamente no apreciada de información para los insectos como las abejas y las plantas con las que interactúan. "Pero Esta habilidad no puede limitarse a los abejorros".
El Profesor Daniel Robert, de la Universidad de Bristol, quien lideró la investigación, dijo que las diferencias en las cargas eléctricas permite a las flores y las abejas comunicarse.
Y agregó: "La última cosa que quiere una flor es atraer a las abejas y luego no proporcionan néctar, es así una lección de publicidad honesta ya que las abejas son buenas estudiantes que pronto pierden interés en flores ingratas o "deshonestas".
"La co-evolución entre las flores y las abejas tiene una historia larga y beneficiosa, así que quizás no es del todo sorprendente que todavía estamos descubriendo hoy cómo notablemente su comunicación es sofisticada.
La investigación, publicada en Science Express, le tomó a el equipo tres años para completarla involucrandose viendo cada abeja visitar una flor hasta 50 veces.
Las plantas son generalmente cargadas negativamente y emiten campos eléctricos débiles. Las abejas adquieren una carga positiva mientras vuelan por el aire.
No se produce una chispa cuando una abeja cargada se acerca a una flor cargada – pero una pequeña fuerza eléctrica se acumula para transmitir información potencialmente.
Los investigadores colocaron electrodos en los vapores de petunias, descubriendo que cuando llega una abeja, cambia la carga de la flor y sigue siendo diferente por varios minutos.
Se cree que esto podría ser una manera de advertir a las abejas que la flor ha sido recientemente visitada, es decir, el contenido de néctar es bajo.
Las abejas también son capaces de distinguir la diferencia entre los distintos campos eléctricos florales – saber cuando la carga de una flor ha cambiado.
Todavía no se conoce cómo las abejas detectan los campos eléctricos pero los investigadores creen que los abejorros utilizan sus cerdas peludas para detectar la fuerza electrostática.
El Dr. Heather Whitney, un co-autor del estudio, dijo que el descubrimiento de detección eléctrica había abierto una "nueva comprensión" de los insectos y su comunicación con las flores.
Ella dijo: "Este nuevo canal de comunicación pone de manifiesto cómo las flores potencialmente pueden informar a sus polinizadores sobre el estado honesto de su precioso néctar y polen de las reservas.
Fuente: universitam.com
