¿Expresiones de empatía en chimpancés?
Muchas veces nos preguntamos qué nos hace humanos. Incluso afirmamos que determinadas cualidades positivas como la ternura, la empatía o la bondad son intrínsecamente humanas. Creemos que son exclusivas de nosotros. Pero estas cualidades no aparecieron de la nada, sino que debieron de aparecer poco a poco en el transcurso de la evolución. Estudiando a nuestros parientes evolutivos más cercanos quizás podamos entender mejor este tipo de comportamientos y su aparición evolutiva.
Comparados con los amorosos bonobos, los chimpancés han sido representados frecuentemente como una especie violenta y egoísta. Ambas especies son nuestros parientes evolutivos vivos más cercanos y con frecuencia representan los dos extremos del comportamiento humano. Pero esto no es del todo cierto.
Orlaith Fraser y Filippo Aureli, de Liverpool John Moores University, junto a Daniel Stahl, de Kings College London, han realizado un estudio que muestra que el comportamiento de los chimpancés no es tan duro como se pensaba. Su estudio es el primero en demostrar los efectos del consuelo entre los chimpancés.
En el artículo publicado en PNAS Fraser analiza cómo se comportan estos simios después de una pelea, encontrando que terceros individuos tratan de consolar a la «víctima» mediante el acicalamiento, los abrazos y los besos.
Aunque se ha observado este comportamiento en chimpancés desde los años setenta del pasado siglo, los antropólogos creían que la motivación que había detrás era puramente egoísta.
Sin embargo, en este estudio se desafía esa concepción. Según Aureli «si ése fuera el caso entonces debería de haber un efecto calmante por la consolación, en lugar de solo una reducción de la agresión… creo que más bien que se hace en beneficio de los otros en lugar de en beneficio de la tercera parte».
Según afirman los investigadores, y a diferencia de otros estudios, en éste se demuestra la relación entre el consuelo y la reducción del estrés, mostrando el potencial para la empatía de los chimpancés en oposición a su célebre comportamiento agresivo.
Los simios son los únicos primates que muestran consuelo y se ha especulado que este comportamiento es quizás equivalente a lo que en niños humanos se denomina «preocupación compasiva».
El primatólogo Frans de Waal de Emory University en Atlanta, dice que el comportamiento de los niños que tiene preocupación compasiva es idéntico al que muestran los simios, y por lo tanto la comparación no es descabellada. Según él este estudio es importante para aclarar esta cuestión, porque sugiere que la función de este comportamiento en chimpancés es similar a la que cumple en humanos, que es consolar a los otros.
De la misma manera que los humanos nerviosos se rascan o se llevan las manos a la cara, cuando un chimpancé se encuentra en una situación estresante frecuentemente recurre al autoacicalamiento y se rasca. Estas acciones se dan con cierta frecuencia, pero cuando un chimpancé no agresivo entra en escena el simio agitado detiene sus movimientos nerviosos.
Curiosamente el estudio encuentra además que los simios con una relación mutuamente beneficiosa entre ellos tratarán de calmarse uno al otro. Según Aureli serían como «amigos» y no como individuos con los que simplemente se comparte tiempo. Estos «amigos» se ayudan unos a otros en las peleas, comparten recursos limitados como la comida y colaboran en general.
Uno de los más controvertidos asuntos de la antropología moderna es si los animales pueden sentir empatía. Fraser dice que además de un comportamiento altruista, nuestros antepasados evolutivos podrían haber tenido cierta empatía. Según él los efectos calmantes del consuelo es uno de los puntos a partir del cual podemos saber más de las habilidades empáticas de los animales. Waal añade que este estudio elimina una duda que existía sobre si el consuelo proporcionaba alivio o angustia después del conflicto. Según él se probaría que en chimpancés consolar es efectivamente una expresión de empatía.
Fuente: neofronteras.com