El mundo ya no es suficiente para tanto humano
El impacto medioambiental provocado por el género humano sobre este planeta ha alcanzado unos niveles sin precedentes. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Tierra no puede soportar la demanda de la humanidad.
En su reciente informe (GEO-4), y primero desde 1987, se muestran las graves amenazas que se ciernen sobre este planeta, como el cambio climático, el índice de extinción de las especies y el reto de alimentar a una población en crecimiento. Los autores son 388 científicos, y su trabajo ha sido supervisado por 1000 supervisores científicos.
Hay un chiste que circula por ahí en el que Júpiter le dice a Saturno: «Pobrecita la Tierra, le han salido humanos». Con un humor más o menos negro se ejemplifica el «cáncer» imparable que supone para este planeta los miles de millones de seres humanos afanados en transformar la máxima masa planetaria posible en carne y grasa humana, consumiendo la mayor cantidad posible de recursos por habitante. El informe de la ONU nos recuerda el reto al que nos enfrentamos.
Parece que, debido a la amenaza de cambio climático que supone, el exceso de dióxido de carbono (potente gas de efecto invernadero) representa una gran amenaza. Desde 1987 las emisiones anuales de este gas han aumentado en un tercio y no parece que de momento vaya a disminuir pese al protocolo de Kioto. Pero éste no es él único problema medioambiental que aqueja a la Tierra.
El informe de la ONU nos recuerda que las reservas pesqueras han disminuido en 10,6 millones de toneladas en ese tiempo, y que se requieren más hectáreas de superficie de cultivo por persona para mantener a la humanidad que la que el planeta puede proporcionar.
El único éxito en este ámbito que señala el informe es el Protocolo de Montreal, que ha permitido la reducción de las emisiones de gases destructores de la capa de ozono.
Pero los problemas por resolver son muchos:
Biodiversidad: El planeta está al borde de sufrir la sexta gran extinción, esta vez provocada por el ser humano. Las especies se extinguen a un ritmo 100 veces más rápido que la tasa promedio del registro fósil. Como ejemplo ponen el comercio de carne de caza en los países de la cuenca del río Congo, que es seis veces mayor que el índice de sostenibilidad.
De los grupos de vertebrados principales que se han evaluado exhaustivamente, más del 30% de especies de anfibios, 12% de las aves y 23% de las especies de mamíferos están amenazadas de extinción.
Clima: El promedio de la temperatura ha aumentado 0,76 grados centígrados en el último siglo y podría aumentar hasta 4,5 grados el próximo siglo a menos que se tomen medidas drásticas para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (principalmente dióxido de carbono proveniente de la quema de combustible fósiles). Los países desarrollados tendrán que disminuir estas emisiones en un 60% u 80% a mediados de siglo si queremos evitar el desastre. El informe dice que se necesitan cambios fundamentales en la estructura social y económica, incluyendo cambios en los estilos de vida, cruciales si queremos un progreso rápido en la solución de este problema.
Alimentos: La cantidad de comida producida por hectárea ha aumentado, pero a costa de una rápida desertificación. Esta agricultura depende de los fertilizantes y pesticidas. Sin estos medios no habría ya suficiente comida como para alimentar a los 6500 millones de humanos que habitan ya el planeta. No obstante, los autores pronostican que la demanda se triplicará próximamente.
Agua: Debido a la gran demanda de agua dulce ya hay algunos ríos (Colorado, Río Grande) que son consumidos, al menos parte del año, antes de llegar al mar.
La demanda de agua dulce está aumentando y los autores predicen que para 2025 la demanda aumentará un 18% en los países desarrollados y un 50% en los países en vías de desarrollo. Pero al mismo tiempo la actividad humana está contaminando el agua potable con fertilizantes, pesticidas, patógenos y productos farmacéuticos entre otros. Además, el cambio climático está disminuyendo las reservas de agua dulce presentes en los glaciares y que ahora suministran agua a un tercio de la humanidad. Es decir, la demanda de agua potable aumenta en el tiempo, pero las reservas disponibles disminuyen. La situación se hará insostenible tarde o temprano.
Reservas pesqueras: El consumo de pescado se triplicó desde 1961 a 2001. El número de capturas se ha quedado estancado o han descendido lentamente desde la década de los ochenta por la sobreexplotación. Las subvenciones han creado un exceso en la capacidad de pesca. Se calcula que la actividad pesquera es un 250 por ciento mayor de la necesaria para mantener las capturas a un nivel que iguale la producción sostenible de los océanos.
El informe hace además un análisis regional de estos problemas sobre distintos lugares del mundo. Por ejemplo, se afirma que en África, la degradación de la tierra e incluso la desertización constituyen graves amenazas; y que la producción de alimentos per cápita ha disminuido en un 12 por ciento desde 1981. O que América Latina y el Caribe se enfrentan al crecimiento urbano, a amenazas a la biodiversidad, a los daños en las costas y a la contaminación marina, así como a la vulnerabilidad ante el cambio climático.
Los autores señalan que el informe debe tomarse como una urgente llamada a la acción y critican la respuesta que ha habido hasta el momento a problemas como el cambio climático como «deplorablemente inadecuada». Afirman que la cantidad de recursos que se necesitan para mantener a la humanidad excede a lo que está disponible.
Achim Steiner, director ejecutivo de este organismo, afirma que la sistemática destrucción de los recursos naturales de la Tierra ha alcanzado un punto que supone un auténtico reto para la viabilidad de las economías. Según él «la cuenta que vamos a dejar a nuestros hijos puede que sea imposible de pagar».
El informe GEO-4 acaba diciendo que «aunque se espera que los gobiernos tomen la delantera, también son importantes otros grupos de interés para garantizar resultados positivos a la hora de lograr un desarrollo sostenible. Ya que tenemos una mejor comprensión de los retos a los que nos enfrentamos, la necesidad no podría ser más apremiante y el momento más oportuno para actuar ahora y proteger nuestra propia supervivencia y la de las generaciones futuras».
Fuente: neofronteras.com