Acta científica
El camino hacia la robótica autónoma humanoide
¿Hacia dónde va la robótica autónoma humanoide? ¿Cuál es su estado actual? Para nosotros, la respuesta es única: la creación de un ente artificial, símil, igual o superior a los humanos (actuando y tomado decisiones), según lo determinen las circunstancias.
Al cumplimiento de esta meta concurren factores predecibles y no predecibles (como ha sucedido en muchas creaciones científico-técnicas anteriores). Analizaremos, la parte predecible.
I) Lo realizado en robótica hasta hoy, no es autónoma; es solo la mera imitación de movimientos corporales humanos con fines utilitarios –comerciales- si se quiere. Aunque esta es la parte primigenia, la perspectiva final de la robótica autónoma humanoide, no es esa.
Los últimos avances en ciencia y computación cerebral:
• Blue Brain Project (2005, creación de un cerebro sintético, imitando circuitos cerebrales de mamíferos mediante ingeniería reversa a fin de estudiar la arquitectura y principios del funcionamiento cerebral),
• Human Connectome Project (2009, mapa de todas las conexiones neuronales cerebrales humanas a fin de comprender su funcionamiento y generar datos que faciliten la investigación de la dislexia, autismo, enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia),
• Brain Activity Map (BAM, 2013, mapa de la actividad de cada neurona cerebral humana), han cimentado y organizado la robótica autónoma humanoide al recorrer caminos que seguirán construyéndose, al andar.
A lo anterior se suma la fuerza de las ideas de los transhumanistas tendientes a perfeccionar los somas humanos (generación de superhumanos). De tener pocas perspectivas a escala (quizás por conocer una sola forma de vida: la humana), se ha pasado a disponer de múltiples visiones.
II) El punto fundamental en la construcción del cerebro de un robot autónomo humanoide es que los sentidos deben emerger y funcionar antes que el cerebro. Este último debe ser formado de acuerdo a las exigencias de los sentidos, no al revés. Por tanto el mejor método para comprender el funcionamiento un cerebro humano y crear de paso un cerebro símil artificial, es seguir el camino que trazo la evolución humana.
Así, la creación del cerebro de un robot autónomo humanoide debe empezar dotando inicialmente de sentidos al humanoide robótico a la par que se le acondiciona para que adquiera autónomamente sus propios requerimientos energéticos (fuel en este caso), imitando de algún modo, las funciones del sistema gastrointestinal.
Por fortuna esta segunda etapa de la robótica: inserción y funcionamiento de los sentidos ya está en curso. Se ha empezado con la visión (Science, December 2015: Human-level concept learning through probabilistic program induction), con buenos resultados. En este artículo, se demuestra que la aplicación de nuevos modelos de software recrean la habilidad humana de generalizar conceptos a partir de un solo ejemplo: caracteres escritos a mano de alfabetos mundiales observados bajo criterios bayesianos.
Los algoritmos previos de aprendizaje de las computadoras requerían centenares de ejemplos. Con los nuevos software, las computadoras logran equivalentes indistinguibles del de los humanos.
Si nuestra propuesta es coherente, el siguiente paso será incorporar mediante softwares similares los sentidos restantes: olfato, audición, tacto, gusto… Así ocurrió en la evolución humana, los sentidos emergentes forzaron la emergencia de un director de orquesta (cerebro).
III) Aunque las incorporaciones multisensoriales serían dirigidas inicialmente por supervisores externos (humanos), la meta del tercer y último paso será poner todos los sentidos bajo las órdenes de un controlador artificial (cerebro robótico autónomo humanoide), para procesar lo percibido y darle el cauce correspondiente.
Fuente: Victor Mechán Mendez – vmechanm.blogspot.com