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Obra de teatro «Más allá del muro», entrevista con la actriz Ileana Hernández
Este elogioso trabajo de Ileana Hernández, que en el 2014 le valió la mención especial como "Mejor Actriz" a ésta venezolana, en el Festival Iberoamericano de Teatro Cumbre de las Américas de Mar de Plata, en Argentina, fue escrita por el Jorge Cogollo y dirigida con mesurado acierto por William Cuao. Ileana tuvo la gentileza poco antes de la función, de permitirme conocer su abordaje interpretativo y reconocerla como una "Señora de Tablas".
Por: Julio C. Alcubilla B.
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Antes de recorrer mis valoraciones para una segunda entrega, y en espera de una entrevista cara a cara con su director, William Cuao, consideré que había tardado mucho en pronunciarme acerca de este montaje pleno de aciertos. En ésta primera entrega la actriz progenitora de un meticuloso trabajo interpretativo, acunado en las vertientes puristas del arte del "monologuista", me concedió una exclusiva, despejando interesantes propuestas de su temple escénico.
La obra es concebida en una atmósfera social, política y una época importante de nuestra historia contemporánea. En la cual la figura de la mujer, estaba permitiéndose modestamente deslastrarse de esa contención alienante, aunque persistía en mantener las costumbres de su tiempo como escenario de su dignidad. ¿Cómo asumes el rol, qué consideraste lo más trascendente dentro del texto dramatúrgico y qué representó el gran reto interpretativo?
"Realmente son muchos elementos como bien lo dices, estamos tocando una época muy importante, el inicio de una década, el principio y fin de una dictadura…los años 50, la Dictadura de Marcos Pérez Jiménez. De lo que nos interesa hablar, es ciertamente de ese marco histórico, pero tocado de manera referencial, las cosas que pasan. Nos interesa hablar igualmente, de todos aquellos gobiernos que concentran los poderes en un solo principio y como el abuso de poder te puede llevar a ser tan desatinado como ofensivo para la sociedad y hasta cierto punto, asfixiante".
"En tal sentido estamos frente a una crítica y a un llamado a la reflexión. Esta obra puede representar el análisis sobre cualquier dictadura de cualquier país, en cualquier parte del mundo y en cualquier época".
Lee Strasberg, consideraba en el naturalismo de la expresión escénica un planteamiento trascendente, según el cual el actor debía saber dosificar su carga emotiva, su ímpetu, para alcanzar pureza interpretativa. Según conozco tu trabajo, pareciese inspirado muchas veces por Strasberg, ¿coincides conmigo?
"Realmente hay mucho de ello, porque indiscutiblemente para ésta obra tocamos una temática muy fuerte. Emocionalmente por igual existe el distanciamiento brechtiano, debido a que fundamentalmente la puesta en escena lo obliga y el director lo marcó de esa manera".
"Dentro de esas acciones en las que se logra identificar con mayor fuerza el distanciamiento, las mismas se proponen o están gestadas, según los giros que nos parecen más descabellados. Los cuáles son marcaciones que están dentro de ese estudio distanciado. Durante el proceso de montaje, hubo elementos que logré identificar incluso en la calle. Cuando estaba en construcción de mi personaje, en una de esas estaba por la parroquia La Candelaria y me topé con una señora que tenía una forma muy particular de agarrarse el cabello y la seguí, porque me llamó la atención que estaba realmente descolocada".
"Las acciones más descabelladas y que son marcadas dentro de la observancia del distanciamiento brechtiano, también provienen de lo común o natural. Esta señora al llamarme tanto la atención, fue comentada por mi parte con el director William Cuao, el cual me decía que debía el personaje obedecer a una manera específica de moverse y del manejo de las manos. Me di cuenta que con esa señora de la calle, que definitivamente existen elementos que aunque estén dentro de una marcación, pueden tomarse de lo natural que nos envuelve, de la vida real. Y esto puede ser tan determinante como certero en la construcción de un personaje, pues se identifican en cualquier lado".
Cuándo me hablas del distanciamiento brechtiano, estas consciente de que Bertolt Brecht tuvo una singular manera de concebirlo. Como teórico, dramaturgo y director de las artes escénicas, durante mucho tiempo le legó al público la posibilidad de captar la acción, el mensaje y que el espectador construyera su propia historia y alcanzara a reflexionar acerca del hecho escénico observado. Pero con los años Brecht revisa su teoría del distanciamiento, convirtiéndola en una especie de existencialismo escénico, proveniente de una técnica más o menos invasiva a través de la psiquis. Es decir, que lo que se consideraba apartado, generaba de parte del público un ejercicio de interpretación, como lo había supuesto, pero matizado con lo que surgía a través de un sentimiento de la acción inmediata, por parte de los actores, que le hacían reaccionar. ¿Dentro de estas reflexiones un tanto complicadas, considerando a la Venezuela actual, al público efectista muy plagado de entretenimiento y de motivaciones raramente profundas, cómo llegas a esa conquista del cerebro y alma del espectador?
"Cuando tocamos temas tan álgidos como éste, cuando se tienen referencias históricas, cuando se están viviendo cosas que no están bien; al público en ésta obra se le llega de forma directa. Creo además que al ver la cara del público de satisfacción, comprendemos que hay algo que sentimos que es la energía. Esta pieza no ha tenido muchas funciones y tampoco se ha tenido una crítica. Esta será una respuesta a ser plenamente contestada, cuando tenga varias funciones y tenga una crítica".
Existe otro aspecto relevante desde el punto de vista de tu manejo actoral para éste montaje. William Cuao es actor y como tal se exige mucho a nivel interpretativo, por otro lado lo percibo muy "Stanilavskiano", si cabe el término. ¿Cómo director hasta qué punto manejó esa transferencia, tomando en cuenta que muchas veces el intérprete puede tener una concepción para el desarrollo de su personaje, y dentro de ello, al ser marcado o dirigido, pudiese despersonalizarse del talento creador, o el de la actriz que hay en ti?
"Ciertamente para éste personaje ésta línea está muy trazada, marcada; William Cuao, coincido contigo, es un director muy exigente. Con el he sufrido, llorado, pero también lo he amado. Yo amo a Williams desde siempre, no es la primera vez que trabajo con él. Sin embargo en ésta oportunidad ha sido mucho más fuerte, porque es un unipersonal. Me he tenido que enfrentar a mis propias limitaciones, que reconozco que las tengo y a esa línea de trabajo muy presente".
"Cuao como actor, ciertamente a revisado a Stanislavski, pero por otro lado tiene una mezcla de otras técnicas, de otras maneras de abordar al personaje. Le interesa sobretodo en éste trabajo la utilización de los elementos semióticos y el trabajo corporal. Por lo cual he tenido que luchar con el hecho de que a mí no me gusta que me marquen mucho las cosas, esto ha significado para mí un gran conflicto. Aunque estamos para evolucionar y aprender mutuamente."
El trabajo del monólogo impone una estructura interpretativa disociada de lo que hoy en día se reconoce. Muchos actores y actrices de Latinoamérica, consideran decir el texto, trasmitirlo a través de un manejo sonoro, gestualidad y desplazamientos algunas veces de manera débil o agotada y en otros casos desproporcionados, carentes de matices vocales, apelan al grito, a los movimientos exagerados, a mucho desajuste en el tiempo interpretativo. No se permiten los descansos, cuando deben, en fin, no están cumpliendo con el arte del buen monologuista. ¿Qué opinas?
"Realmente las pausas escénicas son de incalculable belleza, tienes razón, existen muchos trabajos en los que el actor trata siempre de decir muy bien las frases y se olvida muchas veces de lo más importante. Todo ese trabajo interno y lo que se debe aflorar para llegar al público. Basándose en toda la escena, toda esa emoción que uno tiene. Particularmente me complazco con aquellos trabajos donde yo pueda ver además del actor, una propuesta aunque sencilla o minimalista, escenográfica. Debemos entender que el ambiente, el espacio escénico es como una pintura que ha de reflejar belleza".
Finalmente, los años 50 en la mujer latinoamericana, tiene características conductuales, que imponen un ritmo interpretativo ¿Cómo abordas el personaje, considerando ese entorno histórico?
"Realmente cuando comenzamos a trabajar el personaje, partimos de esa referencia histórica, pero no así de la participación de la mujer en ese momento histórico. Sino el momento socio-político que envuelve a éste personaje. Debemos considerar que las historias se repiten y son cíclicas, que existen personajes…pero que existimos como patria".
Fuente: Julio C. Alcubilla B.-
Artes Escénicas- TEATRO