El sexo y la edad
Muchos mitos se tejen con relación a las consecuencias que el paso del tiempo genera sobre la sexualidad masculina. Uno de ellos se refiere a que la mayoría de los hombres después de los 40 años padecen, en mayor o menor medida, de trastornos de la disfunción eréctil, razón por la cual muchos asumen una actitud conformista y abandonan la posibilidad de una vida sexual placentera. El doctor Nelson Medero, médico urólogo de la Policlínica Metropolitana y ex presidente de la Sociedad Venezolana de Urología, reflexionó sobre la premisa anteriormente enunciada y afirmó -basado en los resultados del estudio DENSA (Disfunción Eréctil en el Norte de Sudamérica), que la edad no es determinante en la aparición de la disfunción eréctil, pues un individuo sano puede mantener una actividad sexual normal después de los 60 años.
"Lo que va a influir -subraya- es el estilo de vida que la persona haya llevado durante su juventud y mediana edad, porque esto repercutirá en mayores oportunidades de disfrutar el sexo durante la madurez, lo cual, al mismo tiempo, no significa que el sexo será el mismo que se practicaba cuando se tenía 20 años, pero sí podrán establecerse relaciones sexuales satisfactorias".
Sin embargo, el especialista agrega que aunque la edad suele asociarse como principal indicador de la disfunción sexual eréctil, ésta no es su causa, pero sí los hábitos de vida y enfermedades vinculadas a ella como el estrés, sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo, obesidad, la hipertensión, arteriosclerosis, diabetes, parkinson, colesterol alto, entre otras. "Estas consideraciones -explica- surgen del ya citado estudio DENSA, que se llevó a cabo entre los años 1998-1999 en Venezuela, Ecuador y Colombia, con una selección representativa de hombres mayores de 40 años".
"Los resultados -añade- arrojaron que la prevalencia de disfunción eréctil en está población fue mayor en hombres que tenían enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión arterial, fumaban o consumían alcohol regularmente".
Evidentemente, con los años hay cambios en la respuesta sexual del hombre -deseo, excitación, orgasmo, eyaculación – razón por la cual necesita un mayor estímulo sexual y a su vez requiere de más juegos sexuales, ya que su capacidad de responder disminuye para lograr un coito satisfactorio. Pero si a estos cambios le sumamos las enfermedades, las consecuencias pueden ser realmente bruscas y aparatosas.
"La erección se ve disminuida en cuanto a rapidez y firmeza; la posibilidad de tener una segunda erección se alarga; los orgasmos bajan de intensidad y duración; y por lo tanto el acto sexual se espacia lentamente, porque hay una baja de los andrógenos (hormona sexual masculina), que lleva a tener problemas de disfunción del deseo y la erección", explicó el urólogo y profesor de la Cátedra de Urología de la Universidad Central de Venezuela, Nelson Medero.
Como los cambios suelen darse con variantes individuales, es aconsejable visitar al especialista el cual indicará el tratamiento, pues "en muchos, casos tratando la causa se cura la enfermedad", según apuntó el doctor Medero. Si el tratamiento inicial para aliviar la o las dolencias que causan la disfunción sexual no cumple su objetivo, se procede a tratar con un fármaco contra los trastornos de disfunción eréctil.
El mercado farmacéutico actual ofrece diversos fármacos contra la disfunción eréctil, pero el tratamiento del trastorno y la selección del fármaco que lo remedie va a depender del grado de disfunción que presente el paciente, sus actividades y sus necesidades sexuales, además de los medicamentos que esté tomando para tratar otras enfermedades.
"Hay fármacos que ofrecen mayores beneficios que otros; de acuerdo con sus sustancias activas, unos se adaptan a las rutinas sexuales preestablecidas -son ingeridos unas horas antes del acto sexual- mientras que otros brindan 36 horas de efectividad, lo cual proporciona mayor libertad y espontaneidad para escoger el momento de la relación".
"Asimismo, los adelantos farmacocinéticos han permitido que el efecto de las pastillas se mantenga aún después de la ingesta de alcohol y alimentos e, incluso, que sean seguras al tomarla con otros medicamentos o determinadas patologías", destacó el urólogo, quien finalmente insistió en la premisa básica con la cual inició esta conversación: "Al margen de la edad, quienes hayan llevado una vida sana, tanto física como mentalmente y tengan un buen cuidado de sí mismos, podrán tener sexo en condiciones tales que puede llegar a ser mejor de lo que fue anteriormente".
Fuente: Comstat Rowland Comunicaciones Estratégicas C.A.