Síndrome de los pies inquietos
Es un trastorno en el cual hay deseo o necesidad de mover las piernas para interrumpir sensaciones molestas.
El síndrome de las piernas inquietas puede ocasionar una disminución en la calidad del sueño (insomnio). Esta falta de sueño puede llevar a somnolencia diurna, ansiedad o depresión y confusión o lentitud en los procesos de pensamiento.
Causas
El síndrome de las piernas inquietas (SPI) se presenta más frecuentemente en personas de mediana edad y en adultos mayores. Esta afección empeora con el estrés y su causa se desconoce en la mayoría de los pacientes.
Este síndrome puede ocurrir con mayor frecuencia en pacientes con:
– Embarazo
– Uso de ciertos medicamentos, como cafeína, bloqueadores de los canales del calcio, litio o neurolépticos
– Enfermedad renal crónica
– Diabetes
– Deficiencia de hierro
– Mal de Parkinson
– Neuropatía periférica
– Abstinencia de sedantes
Este síndrome se transmite con frecuencia de padres a hijos y esto puede ser un factor cuando los síntomas comienzan a temprana edad. El gen anormal aún no ha sido identificado.
Síntomas
Este síndrome lleva a sensaciones en la parte inferior de las piernas entre la rodilla y el tobillo. La sensación provoca molestia a menos que se muevan las piernas. Estas sensaciones:
– Por lo regular ocurren en la noche cuando uno está acostado o algunas veces durante el día cuando uno se sienta por períodos prolongados.
– Se pueden describir como de arrastre, gateo, dolor, tirón, ardor, hormigueo o borboteo.
– Pueden durar una hora o más.
– Algunas veces pueden ocurrir en la parte superior de las piernas, los pies o los brazos.
Usted sentirá un deseo irresistible de caminar o mover las piernas que casi siempre alivia la molestia.
La mayoría de los pacientes tienen movimientos rítmicos de las piernas durante las horas de sueño, llamados trastorno de movimiento periódico de las extremidades (PLMD, por sus siglas en inglés).
Todos estos síntomas a menudo interrumpen el sueño. Los síntomas algunas veces pueden dificultar el hecho de sentarse durante los viajes por aire o en automóvil o a lo largo de las clases o las reuniones.
Los síntomas pueden empeorar durante los períodos de estrés o trastorno emocional.
Pruebas y exámenes
No hay ningún examen específico para el síndrome de las piernas inquietas.
El médico por lo regular no encontrará ningún problema, a menos que también se presente neuropatía periférica.
Se harán exámenes de sangre para descartar trastornos con síntomas similares, como la anemia ferropénica.
Tratamiento
No existe cura conocida para el síndrome de las piernas inquietas.
El tratamiento está orientado a reducir el estrés y ayudar a la relajación muscular. Las siguientes técnicas pueden ayudar:
– Ejercicios de estiramiento suave
– Masajes
– Baños calientes
Las dosis bajas de pramipexol (Mirapex) o ropinirol (Requip) pueden ser muy efectivas para controlar los síntomas en algunas personas.
Si usted presenta una interrupción grave del sueño, el médico le puede prescribir medicamentos como el Sinemet (un medicamento antiparkinsoniano), gabapentina y pregabalina, o tranquilizantes como el clonazepam. Sin embargo, estos medicamentos pueden causar somnolencia diurna (y estan contraindicados en personas que presentan ciertas condiciones. No debe ingerir ningún medicamento sin recomendación de un profesional de la medicina. Los medicamentos conocidos para aliviar síntomas de SPI están contraindicado para las embarazadas).
Los pacientes con deficiencia de hierro deben recibir suplementos de este elemento.
Algunas veces, las dosis bajas de narcóticos pueden aliviar los síntomas del síndrome de las piernas inquietas.
Pronóstico
Este síndrome no es peligroso ni potencialmente mortal y no es una señal de un trastorno serio; sin embargo, puede ser molesto y perturbar el sueño, lo cual puede afectar su calidad de vida.
Posibles complicaciones: Se puede presentar insomnio.
Cuándo contactar a un profesional médico. Solicite una cita con el médico si:
– Tiene síntomas del síndrome de las piernas inquietas
– Su sueño se ve interrumpido
Prevención
Las técnicas para estimular la relajación muscular y para disminuir el estrés pueden reducir la incidencia de este síndrome en personas propensas a esta afección.
Nombres alternativos: Mioclonía nocturna; SPI; acatisia
Referencias
– Biller J, Love BB, Schneck MJ. Sleep and its disorders. In: Bradley WG, Daroff RB, Fenichel GM, Jankovic J, eds. Bradley: Neurology in Clinical Practice. 5th ed. Philadelphia, Pa: Butterworth-Heinemann Elsevier; 2008:chap 72.
– Lang AE. Other movement disorders. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2011:chap 417.
Actualizado: 9/26/2011
Versión en inglés revisada por: Luc Jasmin, MD, PhD, Departments of Anatomy Neurological Surgery, University of California, San Francisco, CA. Review provided by VeriMed Healthcare Network. Also reviewed by David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of Medicine, and David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
NdE
Varios estudios sugieren que el componente genético es significativo en la probabilidad de sufrir SPI cuando se presentan circunstancias desencadenantes, ya que el 18,5-59,6% de los pacientes tienen antecedentes familiares.
También es conocido que el SPI es especialmente frecuente en mujeres en estado. De hecho, es el trastorno motor más común durante el embarazo, afectando al 13,5-26,6% de las embarazadas, y tiende a ser más grave y prevalente a medida que el embarazo avanza.
Por otra parte los menores de edad y las personas de edad avanzada también pueden presentar mayor incidencia de SPI. Ocurre en casi el 2% de los niños en edad escolar, la mitad de los cuales tiene el antecedente del síndrome en alguno de sus padres.
Los síntomas aparecen usualmente cuando se está en posición de reposo, en especial poco tiempo antes de conciliar el sueño o si ha estado sentada o acostada por un período largo, por ejemplo, viendo una película, sentada durante un viaje largo.
La mayoría de las veces los síntomas se presentan en la parte inferior de las piernas, pero algunas personas lo sienten solo en los pies, o también en las piernas, brazos, incluso en las manos.
Mover las extremidades ofrece alivio inmediato, pero la sensación de ansiedad regresa al detener el movimiento. Naturalmente esto puede resultar muy incómodo, en especial si trata de dormir. El SPI contínuo, a quien lo sufra durante varias noches seguidas, puede resultar en grave síntomas de fatiga.
En cuanto a las embarazadas, la buena noticia es que el problema es temporal. Los síntomas típicamente se agudizan durante el séptimo y octavo mes de la preñez y desaparecen totalmente al dar a luz o, máximo, un mes después.
Aunque no ha sido establecido con precisión, se sugiere que una de los posibles disparadores podría ser un trastorno del metabolismo de la dopanima en el sistema nervioso central. La Dopamina es un neuro-transmisor que es necesario para el control de las funciones coordinadas de los movimientos así como para el control de la movilidad.
No existe tratamiento seguro y probado para el SPI. Hay medicamentos han sido probados y pueden resultar efectivos en reducción de los síntomas. Le recordamos a las embarazadas que deben evitar la ingesta de medicamentos. Consulte siempre con su médico.
Para conocer más sobre este tema recomendamos visitar los siguientes enlaces:
"Restless legs syndrome", Mayo Clinic.
Restless Legs Syndrome Foundation.
"What is Restless Legs Syndrome?", National Institutes of Health.
Asociación Española del SPI.
UK Restless Legs Syndrome Association.
"Restless Legs Syndrome Information Page", National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS).
"Restless leg sydrome", Medicinenet.
Fuente: nlm.nih.gov