Vuelos prolongados y salud
Realizar vuelos prolongados (mas de 10 horas) o, volar frecuentemente por múltiples zonas horarias (de tiempo), amenaza con generar o agravar problemas de salud en ciertas personas (pilotos, personas de edad, con problemas cardiorespiratorios previos, personas ansiosas, etc).
A los conocidos problemas de posibles embolismos pulmonares y alteraciones del ritmo circadiano (jet lag, descompensacion horaria, que conlleva a disrupciones hormonales y del sueño, al cruzar multiples zonas horarias), se agregan ahora disminuciones del nivel de oxigeno arterial (4 % en promedio), durante el vuelo (Ver: Anaesthesia Journal, escrito por Susan Humphreys referido en ec.europa.eu), alteraciones menstruales, breves episodios psicoticos, problemas en la capacidad cognitiva, aerofobia (miedo intenso a que el avion sufra un accidente) y a veces perdida de contacto con la realidad, según reporte aparecido en el ultimo numero de Lancet, escrito por Tom Reilly lider del Liverpool John Moores University team, tras haber revisado mas de 500 articulos publicados, en torno a aviación y salud. Para los que temen ataques terroristas o accidentes aereos, les confortará saber que los accidentes automovilisticos son 37 veces más frecuentes que los aéreos. En realidad toda persona que realiza vuelos prolongados, deberia realizarse un chequeo previo de corazón y pulmón.
Los representantes de las empresas aereas han minimizado estos problemas señalando que se necesitan mas estudios, enfatizando que si se cruzan 2 zonas horarias en menos de 3 dias es poco probable que ocurran estos desajustes. La mayoria de investigadores sin embargo acepta que cruzar mas de 3 zonas de tiempo en mas de 3 dias altera el ritmo circadiano humano, desarrollandose problemas severos si se viaja al Oriente, requiriendose 2/3 del tiempo empleado en cruzar las zonas horarias, para recuperarse. Si se viaja a Occidente se necesita un 50% del tiempo empleado en cruzar zonas horarias, para recuperarse.
Tocante a los pilotos, se recomienda que estos vuelen solo 900 horas al año. En relacion amedidas preventivo/terapeuticas, se sabe que la luz del sol afécta al reloj biologico humano. La exposición a la luz brillante del atardecer retrasa el momento normal del sueño, y la luz del amanecer avanza el reloj biológico (el momento de dormir es más temprano de lo normal). En estos casos, los diabeticos deben modificar la dosis y el momento de administración de insulina dependiendo del número de zonas horarias atravesadas y el tiempo de permanencia en cada destino. Algunos estudios sugieren que un ejercicio intenso por la mañana tras un desfase horario, puede acelerar la adaptación siendo mejor que tratamientos de luz o, melatonina.
Fuente: Victor Z. Mechán Méndez – vmechanm.blogspot.com