Una inmensa fosa en el Atlántico permite emprender el viaje al centro de la Tierra
A Julio Verne siempre se le ha considerado un visionario. Su viaje a la Luna describe con una exactitud pasmosa las características de la Misión Apolo 11 de 1969. Y hoy, un grupo de científicos emprenden lo que han llamado "Viaje al centro de la Tierra". Seguro que en sus camarotes llevan un ejemplar de Verne.
Esta expedición británica ha puesto rumbo decidido hacia un misterioso y enorme agujero en el fondo del Océano Atlántico. Zarparon de puerto español de Tenerife a bordo del barco RRS James Cook, diseñado para exploración oceánica.
El misterioso agujero, que los científicos llaman "una ventana hacia la Tierra", apareció hace cinco años en el lecho del océano Atlántico, 3.000 metros bajo la superficie.
Los bajos fondos de Gaia
Según los investigadores, varios miles de kilómetros cuadrados de la corteza terrestre han desaparecido, lo que ha dejado expuesto el manto, una de las capas internas de la Tierra.
El doctor Bramley Murton, del Centro Oceanográfico Nacional de Gran Bretaña, uno de los científicos que participan en la expedición, explicó que este descubrimiento es como una herida abierta en la superficie de la Tierra.
Se trata de descubrir si en esta zona nunca hubo corteza terrestre o si la hubo alguna vez pero fue destruida por fallas geológicas masivas.
El agujero está localizado entre las Islas de Cabo Verde y el Caribe, en la llamada cresta mesoatlántica. Éste no es el único agujero en la corteza terrestre, pero los científicos lo han reconocido como uno de los más importantes del planeta.
Todo está conectado en el planeta el lecho marino, la corteza terrestre, el océano, la atmósfera.
Y si no entendemos cómo funciona una de estas estructuras, no lograremos entender cómo funciona la Tierra ni cómo funcionan sus recursos, como el petróleo, los minerales, etc.
Puerta abierta
El doctor Murton explica las ventajas de acceder al interior de la tierra desde una fosa como la que han encontrado en el océano.
Para llegar al manto tendríamos que perforar un agujero de 100 kilómetros de profundidad en la tierra o uno de 10 Km. de profundidad en el océano.
Así que si logramos llegar al lugar donde el manto está expuesto en el lecho marino y relativamente accesible para recolectar muestras, será una oportunidad extraordinaria para estudiar esta estructura y su función en el sistema terrestre.
Los investigadores esperan que la expedición ayude también a entender el proceso y funcionamiento de las placas tectónicas. Normalmente la corteza terrestre en el lecho marino debería medir unos seis o siete kilómetros de ancho, pero en esta zona la estructura está ausente.
El progreso de la expedición, que costará un millón de dólares, podrá seguirse a través de Internet.
Fuente: periodistadigital.com