El mercadeo en los tiempos de ahora
¡No me cuentes los hechos!
Cuéntame una historia, por favor.
¡Que sea memorable!
¡Que sea coherente!
¡Que sea auténtica!
– Seth Godin en ¿Todos los comerciales son mentirosos? los actuales vendedores de sueños
Vivimos en un mundo donde existe abundancia de opciones en la gran mayoría de los productos que se venden, el poder lo tiene el consumidor ahora y es este el que elige a que le presta atención y qué no vale su tiempo. Además, con la abundancia de competencia, las empresas ya no tienen excusa para dejar de fabricar bien su producto, eso es un requerimiento NO un diferenciador.
El mercadeo ha cambiado, ya no se trata de contar sobre un producto y sus ventajas sino de difundir ideas y de contar historias.
En esta época nadie compra datos, todo el mundo compra una historia. Casi siempre compramos deseos NO necesidades.
Y esa historia debe ser coherente, las grandes historias no se contradicen a sí mismas, por ejemplo, si manejas un restaurante elite y elegante pero tus meseros están mal vestidos y sin arreglarse, pierdes. Cuando se es auténtico, todos los detalles encajan, en un restaurante, por ejemplo, la carta refleja la calidad de los ingredientes y éstos se complementan con la calidad del servicio y el acierto de la decoración.
En el ámbito profesional esto quiere decir que todo lo que hace una organización contribuye a sustentar la historia que está contando, lo cual significa que todos sus empleados están en el departamento de marketing. Por esto, las empresas deben cuidar de cada detalle sin perder su autenticidad, el consumidor se fija en cómo se dicen las cosas tanto como en lo que se dice.
En el plano peronal, nuestro CV debe destacar más nuestra capacidad para inventar cosas notables y contar historias memorables, que la de solo especificar los cargos que hemos tenido y las herramientas que sabemos usar. Además, debemos ser cuidadosos con toda presencia que tengamos en la web (twitter, blogs, entrevistas, etc), pues estas hacen parte de nuestra marca personal.
El que no es auténtico tan sólo se embolsa el producto de una sola venta, la primera, cuando podía hacer cien. El coste del engaño, sencillamente, es demasiado alto.
– Seth Godin
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Fuente: blpgirl – loquelediga.com