Akira Kurosawa un genio del cine japonés

Cuando se cumplen cien años del nacimiento del director japonés Akira Kurosawa, se multiplican en todo el mundo las conmemoraciones de este genio del cine japonés. En París, la Cinemateca Francesa proyecta del 23 de junio al 1 de agosto una retrospectiva integral de la obra cinematográfica del que algunos consideran como el más occidental de los directores japoneses.

Con "Rashomon", su undécima película, premiada en 1951 con el León de Oro en el festival de Venecia y Oscar a la mejor película extranjera en Hollywood, el cine japonés conquistó sus letras de nobleza en occidente. Con Kurosawa la crítica internacional vio llegar a las pantallas también a un gran actor Toshiro Mifune, así como al director de fotografía Kazuo Miyagawa que acompañó así mismo la obra de otro grande del cine japonés Kenji Mizogouchi.

Nacido en 1910 en Tokio, descendiente de una familia de samuráis, Akira Kurosawa empezó su carrera en el cine en 1938, trabajando en los estudios Toho, de donde salió Godzilla, el célebre monstruo del cine japonés. Su primera película en 1943 fue "La leyenda del gran judo" todavía bajo la férrea censura bélica y que tuvo gran éxito en Japón.

Después de trabajar como ayudante de dirección con Kajiro Yamamoto, prosiguió su carrera en solitario. Ya bajo control de las autoridades norteamericanas filma en 1945 "No añoro mi juventud" película poco conocida con un guión de Eijaro Hisaita importante autor dramático de los años treinta.

Su obra cinematográfica se extiende a lo largo de sesenta años, con una temática que va de las películas épicas, a las policíacas, de los dramas a las crónicas sociales. Con "Rashomon" llega su consagración en la década de los cincuenta. Obra que viene precedida de películas expresionistas y menos conocidas como "El ángel ebrio", o "Perro rabioso" a fines de los cuarenta.

Tanto "Rashomon" en 1950, como "Los siete samuráis" en 1954, son películas que influenciaron de manera decisiva al cine contemporáneo, dando lugar a numerosos remakes y a películas inspiradas en su técnica narrativa. Su obra de una gran riqueza temática busca su inspiración en las adaptaciones de Gorki, de Shakespeare, Dostoievski o Georges Simenon.

El humanismo de Kurosava destacado por André Bazin, es evidente en obras como "Vivir", "Dersu Uzala" o "Dodes'Caden", que cohabitan en su magnífica filmografía con grandes frescos históricos como "Kaghemusha, la sombra del guerrero", "Ran" o "Trono de sangre".

Kagemusha, trailer (japonés con títulos en inglés)
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Destaquemos también en su filmografía grandes películas policíacas como "El infierno del odio" en 1963, "Los bajos fondos" en 1957 basada en la obra de Máximo Gorki, "La fortaleza escondida" sobre el Japón feudal del siglo XVI, o "Yojimbo" en 1961, donde vuelve sobre la leyenda de los samuráis.

Fuente: Julio Feo – rfi.fr