Contaminación ambiental y enfermedades cardiovasculares
Los procesos de combustión parcial, que se generan día a día en las calles de la ciudad a consecuencia del tráfico, constituyen una de las fuentes de contaminación ambiental. Numerosos estudios han mostrado cómo afectan estas partículas a la salud humana: mayor riesgo de asma, enfermedades pulmonares, así como también en patologías cardiovasculares.
El Dr. Jesús Araujo, egresado de postgrado del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), profesor auxiliar de Medicina y Cardiología Ambiental de la Escuela de Medicina de la Universidad de California (UCLA), dictó una conferencia en el IVIC para presentar los alcances de su trabajo, en el cual se demuestra por primera vez, y de forma concluyente, que la contaminación ambiental particulada -resultado de partículas de diesel y combustible presentes en el ambiente- es un nuevo factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.
Los resultados de este estudio publicados en la revista Genome Biology ayudan a entender cómo la contaminación ambiental incide en la promoción de la aterosclerosis, derivando en el aumento de casos de infartos al corazón de la mortalidad cardiovascular.
La aterosclerosis
La aterosclerosis es una enfermedad que consiste en la disposición de lípidos y grasas en las arterias del organismo, razón principal de infartos del miocardio, primera causa, a su vez, de muerte en el mundo occidental.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo convencionales, tales como la grasa, el tabaquismo, la presión arterial unidos a otros factores conocidos inciden en el desarrollo de alrededor del 50% de la aterosclerosis. La contaminación podría ser uno de los nuevos factores de riesgo que ayudan a explicar parte del otro 50%, que todavía no se ha entendido cómo ocurre.
Se comprobó que cuando los contaminantes se unen a la acción de las grasas que congestionan las arterias, se ponen en actividad los genes que desencadenan la inflamación de distintas partes del organismo, resultando en mayor aterosclerosis y problemas cardiovasculares.
Las investigacciones se enfocaron en la interacción entre partículas de combustión de diesel y los ácidos grasos que se encuentran en el colesterol asociado a las lipoproteínas de baja densidad (LDL), conocido como «colesterol malo» causante del bloqueo arterial. Lo más importante en los resultados de este trabajo es la interacción y la forma como se suman los factores genéticos con los factores ambientales y cómo sucede esa sinergia. Parte de este estudio muestra que cuando se analiza en conjunto el efecto de la contaminación con las grasas oxidadas, es mucho mayor que cuando se los ve separadamente.
La contaminación ambiental tiene efectos importantes en la salud, eso ya ha sido aceptado. Lo que el grupo de investigación demostró es que esos efectos inciden más en los problemas cardiovasculares y en infartos al corazón, que en otros considerados anteriormente como enfermedades pulmonares o respiratorias, es decir que se ha subestimado por muchos años la importancia de la contaminación. Ahora se ve claramente la necesidad no sólo de determinarla, medirla, estudiarla, sino también de controlarla para poder disminuir la incidencia de infartos.
Se puede vislumbrar la factibilidad de definir y determinar los niveles dañinos y los niveles de contaminación permisibles. La perspectiva, a partir de ahora, se orienta a determinar la susceptibilidad, es decir, si hay individuos que tengan genes que los predispongan a tener este tipo de enfermedades.
Existe una clara necesidad de garantizar que se informe a los científicos, biólogos, personal de la salud, comunidad y al público en general de la importancia de estos nuevos factores de incidencia.
Fuente: Prensa IVIC – revistabotica.com