Facundo Belardinelli, un chef argentino en Venezuela
Entre el 6 al 11 de octubre, en el Restaurant Lee Hamilton, de Venezuela, pudimos reconocer un menú adaptado a las exigencias del comensal venezolano, en el que destacaba el uso de ingredientes criollos, frescos, apegados a nuestra memoria atávica. Conociendo un poco más de cerca de este Chef, nos lleva a revisar algunos años, cuando Facundo Belardinelli había comenzado en su cocina a cortar galletas crudas, hoy con apenas 23 años, es reconocido como un conocido cocinero, chef del restaurante Killka de las Bodegas Salestein, en el Valle de Uco, en Mendoza, Argentina. Las bodegas Salestein, son consideradas una de las principales del mercado vinícola del Sur, estas le permitieron a Facundo conocer de cerca las cepas, la vendimia, los procesos, hasta obtener un excelente vino. Facundo es hijo de un enólogo, este hecho le hace entender hasta que punto debe saber desarrollar platos para lograr "armonía" con un buen vino. Primero fue su intuición, luego la experiencia unida a aromas, sabores, sazón hasta lograr la perfecta armonía… El menú, que a continuación reproduzco, fue acompañado por vinos Salestein… Menú General
Abrebocas Entradas Platos principales Trucha rellena con crema de puerros y vegetales salteados con virutas de almendras. Postres Comentarios de degustación y cata… Los cortes de carne fueron traídos de Argentina…en la entrada logramos degustar el tomaticán, la chanfaina y la empanada salteña. Me gustaron mucho la chanfaina y la empanada salteña, ambas acompañadas con Salentein Malbec Reserve 2005. Un vino brillante, intenso, profundo, de marcada personalidad. Acentuada por el frescor de ciruelas maduras y un ligero toque a cerezas. Es reconocible su envejecimiento, que nos denota leves matices picantes y un cierto perfume a tabaco. En la armonía me pareció estupendo, sobretodo con la empanada salteña. Ese dulzor redondo en boca, acompañó perfecto a este abreboca. Los taninos dulces, típicos del Malbec, complementaron la armonía. Luego pasé a un plato definitivamente impactante, me llenó el paladar de sensaciones contrastantes. El lomito cubierto con prosciutto y salsa de hongos bañado de una reducción de Malbec, acompañado por Salentein Syrah Reserve 2004. ¿Qué puedo decirles de éste vino?… sin duda alguna una estupenda armonía, plena de concentración, en la que se funden los sabores de las frutas en conserva, la pimienta, la ciruela, la redondez y equilibrio tánico, con un plato rico y suculento. ¿Otra posibilidad?…la trucha mariposa al horno sobre crema de ajoporro. Aunque debo de confesar que la trucha no es un pescado de mi predilección, estuvo estupenda, muy suave, con algo de contraste por el ajoporro, acompañada por Salentein Chardonnay Reserve 2006. En este caldo debo destacar su excelente equilibrio entre la fruta y la madera. El vino fue criado en las barricas entre 5 y 9 meses, luego se envasó y se dejó en estiba de botella por otros cuatro meses. Fresco, envolvente, notoriamente frutal y algo cítrico, tal vez a mango verde. Reconocibles su frescura y su tono frutal ligeramente astringente, personalidad y equilibrio… un Chardonnay de gran factura. Cerramos con los "Huevos Quimbos con ambrosía y flan"…probablemente un postre que para mí no lució como un gran sello. Mezcla de texturas, modesto sabor, quizás veníamos de degustar grandes momentos gastronómicos y al llegar al postre, algo me faltó… su intensidad. Degustado con Chardonnay, por que su acidez y frutosidad, prometía ser una armonía lógica, sin embargo lo arropó. Me hubiese gustado degustar la reconocida bavaroise de frutos rojos sobre bizcocho amargo, reducción de Syrah con chocolate y almendras; otro postre al estilo Belardinelli ó el mousse de chocolate amargo, sobre tejas de chocolate blanco y crema de naranjas. |
Fuente: Julio César Alcubilla B.- Editor.negociosymercadeo.net