La pérdida de sueño altera los mecanismos del cuerpo que regulan el apetito y el gasto energético
La muy común costumbre de los jóvenes de quedarse despiertos hasta tarde, o de dormir menos cantidad de horas parece estar asociada a la obesidad, según una revisión de estudios publicada hoy en la revista Archives of Disease in Childhood, por un grupo de la Bristol University.
Ante los resultados, el líder del equipo, Dr. Shahrad Taheri, se atrevió a sugerir que los padres deberían prohibir usar la televisión, las computadoras, los teléfonos celulares y otros aparatos en las habitaciones de los niños para permitirles conciliar un buen sueño nocturno, ya que existe creciente evidencia de que el sueño más corto produce cambios en el metabolismo que fomentan la obesidad, la resistencia a la insulina, la diabetes y las enfermedades cardíacas. Esto se extiende a niños de 30 meses, encontrando que la falta de sueño completo estaba vinculada con la obesidad al llegar a los siete años, aparentemente porque la pérdida de sueño a edad temprana altera los mecanismos del cuerpo que regulan el apetito y el gasto energético.
Otra investigación, publicada por el mismo Taheri en 2004, halló que los adultos que dormían sólo cinco horas tenían niveles de grelina casi un 15 por ciento mayores que aquellos con ocho horas de sueño. La grelina es una hormona producida por el estómago como señal de apetito Además, encontraron en esa oportunidad que las personas que dormía poco mostraban 15 por ciento menos de leptina, hormona generada por el tejido graso cuando los niveles de energía son bajos.
Una explicación para la relación entre la falta de sueño y la obesidad en los niños podría ser que al despertarse cansados tendrían menos energía para realizar actividad física.
Los investigadores están recomendando que se ayude a los niños a mantener horarios regulares para dormir y despertarse.
En relación con los adolescentes, los expertos sugieren que se les permita dormir más el fin de semana, aunque no más de dos o tres horas adicionales a los días de semana, porque eso podría perjudicar su reloj biológico.
En el sitio pedia-evidencia.blogspot.com, Alejandro Suwezda resume recomendaciones relacionadas con este trabajo:
El sueño puede afectar el balance energético. El sueño puede no ser la única explicación a la pandemia de obesidad, pero su efecto se debe considerar seriamente, pues incluso los pequeños cambios en el balance energético resultan beneficiosos. El buen sueño podría ser parte del acercamiento de la prevención de la obesidad.
Medidas de higiene del sueño
* Asegurar una rutina regular para ir a dormir
* Asegurar horarios para ir a dormir y para despertar
* Asegurar un ambiente calmo, oscuro y cómodo que no sea ni demasiado cálido ni demasiado frío
* Asegurar una cama cómoda que se utilice solamente para dormir y no para otras actividades (por ej. mirar televisión, leer o escuchar música)
* Realizar actividad física pero no pocas horas antes de ir a dormir
* Quitar televisores, computadoras y otros artefactos similares del dormitorio
* Evitar las comidas copiosas antes de ir a dormir
Medidas adicionales para adolescentes
* Evitar bebidas con cafeína después de comer
* Evitar la nicotina, el alcohol y las drogas
* Evitar las actividades que puedan dificultar la conciciliación del sueño (por ej. estudio pesado, juegos de computadora, envío de mensajes por teléfono móvil o discusiones)
* Evitar la luz brillante al atardecer
* Asegurar la exposición a luz intensa al despertar por la mañana
* Permitir prolongar el sueño los fines de semana, pero no más de 2-3 horas del tiempo en que despierta habitualmente (esto interrumpe el reloj circadiano)
* Evitar permanecer despierto toda la noche (por ej. para estudiar)
Fuente: SALUDyTecnología.net