Trastornos relacionados con el calor y cómo prevenirlos
La mayoría de los trastornos por calor son causados por la deshidratación. Nuestros cuerpos pierden agua a través del sudor, y el agua perdida debe ser reemplazada de forma continua. Los jóvenes, los ancianos, aquéllos con enfermedades crónicas y las personas confinadas a sus casas corren mayor riesgo de sufrir trastornos relacionados con el calor.
En las ciudades, las personas que trabajan en climas calurosos podrían estar en riesgo cuando un apagón ocasiona la pérdida del aire acondicionado en sus oficinas, fábricas u otros lugares de trabajo.
Todas las muertes relacionadas con el calor pueden prevenirse. CDC recomienda que las personas que enfrenten altas temperaturas por períodos prolongados tomen las siguientes precauciones para prevenir trastornos o lesiones relacionadas con el calor:
– Vigile frecuentemente a quienes corren mayor riesgo (por ejemplo ancianos y menores de edad).
– En ambientes calurosos beba por al menos tres litros de agua por día.
– Evite el alcohol y la cafeína debido a que pueden deshidratarlo.
– Reponga las sales y minerales perdidos con bebidas deportivas o consumiendo tabletas de sal.
– Use ropa ligera, de colores claros y protector solar si sale al aire libre.
– Tome duchas o baños de agua fría con frecuencia.
– Si se siente mareado, débil o muy acalorado, desplácese a un lugar fresco, siéntese o recuéstese, beba agua, y lávese la cara con agua fresca. Si no se recupera pronto, procure atención médica urgente.
Insolación
La insolación es el trastorno más grave relacionado con el calor y ocurre cuando el cuerpo no puede regular la temperatura. Cuando se padece de insolación, la temperatura corporal aumenta rápidamente, el sistema sudoríparo falla y el cuerpo no puede enfriarse. La temperatura corporal podría aumentar hasta los 106°F o más en 10 a 15 minutos. La insolación puede ocasionar la muerte o incapacidad permanente si no se procura un tratamiento de emergencia.
Entre los síntomas de insolación se incluyen los siguientes:
– Piel enrojecida, caliente y seca (sin sudoración).
– Pulso rápido y fuerte.
– Dolor de cabeza punzante.
– Mareo, náusea, confusión, o pérdida del conocimiento.
– Temperatura corporal extremadamente alta (más de 39°C).
Los síntomas por exposición al calor son de tres tipos: Calambres causados por pérdida de sal, agotamiento causado por deshidratación y la insolación o shock. En estos casos se debe retirar la víctima del calor y acostarla, aplicarle compresas frías, elevarle los pies, hacerle tomar líquidos y ponerla frente a un ventilador para que le sople aire fresco. De ser necesario, se debe buscar ayuda médica.
Si sospecha que alguien ha sufrido una insolación, siga estas instrucciones:
– Lleve a la persona a la sombra.
– Bájele la temperatura rápidamente con cualquier método posible. Por ejemplo, sumerja a la persona en una tina de agua fría; colóquela en una ducha de agua fría; rocíela con agua fría de una manguera del jardín; pásele una esponja humedecida con agua fría; o si el nivel de humedad está bajo, envuélvala en una sábana mojada con agua fría y abaníquela vigorosamente.
– Observe la temperatura corporal y continúe sus esfuerzos por bajar la temperatura hasta que llegue a 38,5°C.
– Si el personal médico de emergencia se retrasa, llame a la sala de urgencias del hospital para obtener nuevas instrucciones.
– No le dé alcohol para beber. Procure atención médica tan pronto como sea posible.
– Para mayor información sobre trastornos relacionados con el calor y sus tratamientos visite el sitio Web del CDC en Calor extremo.
Fuentes de información sobre cómo prepararse para el calor extremo:
– Key Messages on Extreme Heat (Mensajes importantes sobre el calor extremo) – en inglés
– Heat Stress (Estrés Térmico, NIOSH – Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional) – en inglés – Información exhaustiva sobre trastornos y lesiones asociadas con el calor.
Fuente: cdc.gov