Leyendas Urbanas

Las leyendas urbanas de la medicina

La salud está llena de creencias populares. Algunas, tan extendidas que su falsedad sorprende hasta a los profesionales.

Dos investigadores de la Indiana University y el Regenstrief Institute (ambos, en EEUU) se han dedicado a investigar el origen de varios mitos bien asentados entre la población general, aunque no tienen base científica.

El resultado, un artículo publicado hoy en British Medical Journal, echa por tierra mitos como el del crecimiento de las uñas y el pelo tras la muerte. La base de datos médica Medline y el buscador Google son las principales herramientas empleadas por los autores.

1. Hay que beber 8 vasos de agua al día. ¡Falso!

Definitivamente, al cuerpo hay que mantenerlo hidratado, pero la cantidad popularizada es absurda, por lo arbitraria, no solo porque diferentes personas requieren diferentes cantidades de líquido, y la variedad es inmensa (un atleta de football americano que pesa 110 Kg. y esta entrenandose necesita mucho más líquidos que una pettite damisela de 40 Kg. que pasa su tiempo hechada chateando con sus amigas), además, hay estudios revelan que obtenemos suficiente agua de los alimentos que consumimos, o de bebidas como jugos, leche, e incluso té o café descafeinado. El doctor Aaron Carroll, coautor del estudio, citado en BBC Mundo agrega "De hecho descubrimos que este número -ocho- ha sido hasta cierto punto inventado".

El consejo de beber al menos ocho vasos de agua al día está tan extendido que es difícil hallar su origen. El mito puede haberse originado en 1945, cuando el Consejo de Nutrición en EE.UU. de A. publicó la siguiente recomendación: "Una cantidad conveniente de agua para los adultos es de 2,5 litros al día en la mayoría de los casos. Una medida ordinaria para las personas es un mililitro por caloría de alimentos. La mayor parte del agua necesaria se incluye en las comidas cocinadas".

Si se ignora la última frase, el consejo puede confundirse con la necesidad de beber ochos vasos de agua al día. Más tarde, un estudio publicado en American Journal of Physiology comprobó la falta de evidencia científica de esta recomendación. Es más, el consumo excesivo de agua puede ser peligroso y llevar a intoxicación, hiponatremia (poco sodio en la sangre) e, incluso, la muerte.

2. Sólo se usa el 10% del cerebro. ¡Falso! 

La creencia de que el ser humano sólo utiliza un 10% de su cerebro ha persistido durante un siglo, a pesar de los avances considerables de la neurociencia.

El profesor de la Simon Fraser University Barry Beyer-Stein ha estudiado el origen de este mito y la evidencia que lo desmonta. La creencia se propagó por varias fuentes para llamar la atención sobre las posibilidades de la auto-mejora y fomentar las habilidades latentes de las personas.

Sin embargo, las evidencias provenientes de estudios sobre el daño cerebral, así como las pruebas de diagnóstico por imagen hechas en este órgano, desvelan que las personas usan mucho más del 10% del mismo. De hecho, el daño a casi cada área del cerebro afecta a las capacidades mentales, vegetativas y de comportamiento humano, lo que demuestra que ninguna parte del cerebro está completamente inactiva.

El Dr. Carroll (antes citado en el artículo de BBC) subraya: "Al analizar una serie de estudios de imágenes computacionales y escáneres de resonancia magnética no pudimos encontrar ninguna zona "durmiente" en el cerebro. O si analizamos las células o neuronas de un individuo no encontramos áreas inactivas o zonas que no estuvieran funcionando".

Recomendamos leer este tema extesamente tratado en "¿Qué porcentaje de su cerebro usa usted?", donde se incluye un archivo de audio.

3. El pelo y las uñas crecen tras la muerte. ¡Falso!  

Es uno de los mitos más morbosos y más extendidos. A su difusión pudo contribuir la famosa novela adaptada al cine Sin novedad en el frente, en la que el escritor Erich Maria Remarque describe el crecimiento en forma de hélice de un amigo suyo después de enterrado.

Según el antropólogo forense de la Universidad de Florida William Maples "se trata de una imagen muy poderosa, pero es un espejismo".

Este mito se basa en un fenómeno biológico que sí se da tras la muerte. La deshidratación del cuerpo hace que la piel seca se retraiga alrededor del pelo y de las uñas, lo que puede crear la apariencia de un aumento de longitud o prominencia de estas estructuras de queratina, debido sobre todo al contraste. Sin embargo, el crecimiento de la piel y las uñas requiere de una compleja regulación hormonal, que no se sostiene después de la muerte.

4. Leer con poca luz arruina la vista. ¡Falso!   

La idea sugiriendo que leer con una luz tenue puede ser perjudicial para la vista puede tener su origen en la experiencia de sentir fatiga visual, ya que, cuando la luz no es la adecuada, puede tenerse una sensación de dificultades para enfocar correctamente.

Además, en tales circunstancias, se reduce la tasa de parpadeos, lo que provoca cierta incomodidad, debido a que los ojos se resecan. Sin embargo, tal como destacan los científicos, lo cierto del asunto es que estos efectos no son en ningún caso persistentes.

Según la mayoría de los oftalmólogos, leer bajo una luz débil no daña los ojos, puesto que, aunque puede provocar fatiga visual, no es probable que sea responsable de causar un cambio permanente en el funcionamiento o estructura oculares. Incluso en pacientes con enfermedades oculares, la fatiga visual causada al leer remite al dejar el libro.

5. El pelo crece más fuerte tras afeitarse. ¡Falso!   

La creencia, bastante extendida, de que el cabello vuelve a crecer más rápido y fuerte, incluso más oscuro, tras afeitarse tampoco puede sostenerse, según las evidencias científicas disponibles, aunque se trata de una idea reforzada por la propia percepción sobre la velocidad a la que parece crecer el vello corporal.

Ya, en 1928, un ensayo clínico demostró que el hecho de afeitarse no tenía ningún efecto sobre el crecimiento posterior del pelo. Estudios más recientes han reforzado esta hipótesis, en el sentido que, tras un afeitado, ni el grosor ni la velocidad de crecimiento del pelo se ven afectados.

De hecho, durante el afeitado se elimina la parte muerta del cabello y no la sección viva, que se mantiene bajo la piel. Lo que sí es cierto es que el pelo cortado no tiene el extremo tan fino como antes del afeitado y que su color es más oscuro porque aún no le ha dado el sol. 

6. Comer pavo da sueño.

La carne de pavo contiene un amino ácido llamado triptófano que está relacionado con el sueño y el control del ánimo. Pero el pavo no contiene más triptófano que el pollo u otros tipos de carne. Más probablemente el sueño es producido por comer en exceso y, sin duda, las bebidas espirituosas consumidas durante las fiestas decembrinas.

7. El peligro del móvil en los hospitales.

Aunque muchos hospitales prohiben el uso de teléfonos móviles en sus instalaciones, ante el temor de que puedan interferir en el funcionamiento de aparatos, sobre todo en unidades de cuidados intensivos, existen pocas evidencias que justifiquen estas medidas.

Estudios recientes realizados en Reino Unido han demostrado que los móviles causan interferencias en un 4% de los dispositivos y sólo a una distancia inferior a un metro. Además, sólo en un 0,1% de los casos se registran daños graves.

Note que, en este caso particular, no hemos colocado la definitiva y fuerte expresión ¡Falso!, como en los otros seis mitos relacionados. Esto fue decidido por la redacción al leer esta última frase, donde se expone que, cuando se identificaron interferencias en dispositivos médicos, causadas por celulares, estos solo se produjeron en un 4% de los casos, cuando la cercanía entre el móvil activado y el aparato médico era menor a un metro, y, de estos, sólo en el "0,1% de los casos se registran daños graves". Ciertamente, 0,1% de 4% es una cantidad infinitesimal, pero, suficiente para no calificar este "mito" como total falsedad. Además, dado el crecimiento en el número de líneas celulares (más de 3 mil millones en todo el planeta), parece apropiado caminar sobre seguro en lo que respecta al uso de equipos móviles por pacientes y visitantes cuando se encuentren cerca de equipos médicos.

De todos modos, hay que tener en cuenta que las mejoras técnicas registradas en los últimos tiempos han permitido reducir incluso los más mínimos efectos. Adicionalmente, hay estudios donde se señala que el uso de teléfonos móviles por parte de médicos reduce el riesgo de errores clínicos provocados por falta de comunicación. 

Este texto de base para este trabajo usó como fuente principal el publicado en jonkepa.wordpress.com (Licencia CC Reconocimiento 2.5).

Otras fuentes:
– Mitos de la Medicina (spyglass-look.blogspot.com)
– La falsedad de los mitos médicos (news.bbc.co.uk)
– ¿Qué porcentaje de su cerebro usa usted? (cienciayleyenda.net)


Nota del editor:

A la lista de los mitos recién publicados en el British Medical Journal, nos atrevemos agregar este grupo:

– Los hombres piensan en sexo cada siete segundos. ¡Falso!

Es un mito, por lo menos lo de cada siete segundos, ya que, según afirma la neuróloga estadounidense Louann Brizendine en su obra El cerebro femenino, en realidad los hombres piensan en sexo cada 52 segundos. Este dato contrasta con la única vez al día en que piensa en sexo una mujer. Para llegar a esta conclusión, la Dra. Brizentine analizó la actividad cerebral de hombres y mujeres utilizando las últimas técnicas de resonancia magnética.

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– Tardamos siete años en digerir un chicle. ¡Falso!

Los ácidos estomacales no hacen distinción entre los diferentes elementos que entran en nuestro sistema digestivo, ya sea materia orgánica o química, como es el caso del chicle. Para digerir goma de mascar nuestro estómago tardará mas o menos lo mismo que con cualquier otro alimento indigesto; unas 20 horas. Dicen que el mito de los siete años fue inventado por las madres que querían evitar las caries que producen los chicles con azúcar.

– El chocolate y los alimentos fritos producen acné. ¡Falso!

Se especula que este mito se remonta a los años cuando llegaron a la adolescencia los llamados baby-boomers, quienes sufrieron más de acné que sus padres y, simultáneamente, comenzaron con la -por otras razones- mala costumbre de comer más frituras, y montones de chocolate. Sin importar cual es el origen, la aseveración es falsa. Los granos (barros, etc.) de la piel se forman cuando las glándulas sebáceas bajo la piel producen demasiado de una sustancia aceitosa llamada sebum, que el organismo genera para mantener lubricada la piel. Pero, cuando esta producción aumentada de sebum se une a poros bloqueados -normalmente por células muertas de la piel (es normal la muerte y renovación regular de estas células) aunque puede ser por otras razones, como suciedad- entonces el área afectada se irrita, inflama, se torna más rojiza, todos signos claros de la llegada de un "barro" (grano sebaceo en la piel). No es bien conocida la razón que causa la producción excesiva de sebum, aunque si está claro que las hormonas figuran como las principales sospechosas, lo que explica porque los adolescentes son más afectados con acné. El estrés y la herencia también pueden ser factores, pero el chocolate y las papas fritas son inocentes.

– Después de unas copas, tome café para recuperar la sobriedad. ¡Falso!

Si ha excedido en la bebida, ninguna cantidad de café, soda, agua, o lo que cualquier otra cosa le hará recuperar la sobriedad. Lo único que lo logrará es el tiempo. El hígado sólo puede metabolizar alrededor de una bebida estándar por hora, esto es, aproximadamente, una jarra de cerveza, una copa de vino o un 'shot' de bebidas fuertes (whiskey, vodka, ginebra, etc.). De modo que, si toma con más frecuencia (más de una bebida estándar cada 60 minutos), el licor permanecerá en su sangre por un buen tiempo. La idea de la supuesta efectividad del  café para neutralizar el alcohol debe provenir del efecto estimulante de la cafeína. Ciertamente, aunque en muy pequeña medida, la cafeína puede enfrentarse al efecto sedante del alcohol, pero, en el "mejor" de los casos, si aceptaramos como significativo el poder anti sedativo de la cafeína contra el contrario del alcohol, si se ha excedido con los tragos, mucho café solo lo convertirá en un beodo despierto, pero igual de borracho. No se exceda, pero si lo hace, ahórrese ese café expresso y mejor pague un taxi.

– El frío causa resfriados. ¡Falso!

Mami, perdón, pero no tienes razón. La hipotermia es peligrosa, y para eso es bueno llevar un suéter abrigado, pero para nada me protegerá de la gripe. Los virus son los causantes de la influenza, no el frío. Para contagiarse, el virus debe pasar de una persona enferma a nuestro cuerpo.

El modo más común es frotarse la nariz, los ojos o la boca después de un apretón de manos con un enfermo, o al agarrar un objeto recién tocado por la persona infectada (un teléfono, el pomo de una puerta, por ejemplo). También al inhalar microgotas expelidas recientemente por estornudos o tos. Los resfriados son más comunes durante las épocas frías porque las personas acostumbran a pasar más tiempo juntas bajo techo, lo que aumenta las probabilidades de infección.

Fuente: jonkepa.wordpress.com

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