El infarto en la mujer
La incorporación de la mujer a sistemas de vida competitivos y el hábito de fumar, como factores predominantes, han producido una incidencia creciente de enfermedad de las arterias coronarias a niveles similares a los hombres, con consecuencias fatales en edades productivas. Aparte del tratamiento más avanzado, como es el cateterismo cardíaco de emergencia y la apertura de la arteria coronaria cerrada como causa del infarto, existe un enfoque más global de la enfermedad con el propósito de reincorporar al paciente a sus actividades cotidianas, de prolongar la vida y sobre todo las medidas destinadas a prevenir esta enfermedad.
¿Qué es el infarto cardíaco?
Por infarto se entiende muerte de una parte del músculo cardíaco o miocardio, debido a una obstrucción repentina de una arteria coronaria, esto ocasiona una pérdida de la función del corazón que puede llegar a insuficiencia cardíaca y generar problemas del ritmo cardíaco y muerte repentina.
¿Cómo se diagnostica?
Usualmente hay síntomas de dolor u opresión en el pecho, brazos o mandíbula por más de 30 minutos, acompañado de sudoración, aunque en algunas personas puede haber infarto sin haber tenido síntomas. Además se acompaña de cambios en el electrocardiograma y en unos exámenes de sangre llamadas enzimas cardíacas. Luego se realiza, a la brevedad un cateterismo cardíaco, que dice cuál es la arteria que está causando el infarto.
¿Cómo se trata?
Se busca abrir paso a la arteria obstruida que está causando el infarto, ya sea mediante medicamentos y más efectivamente con la angioplastia y colocación de soportes o mallas llamados stents.
¿Y después del infarto?
Luego viene una fase muy importante de recuperación y tratamiento medicamentoso que busca evitar tener nuevos infartos y otras obstrucciones en otras partes del cuerpo. Se realiza mediante el tratamiento medicamentoso que evite la inflamación, bajar las grasas y rehabilitación cardiovascular.
¿Quién está propenso a tener un infarto?
Aquellas personas con antecedentes familiares de infarto, que tengan el hábito tabáquico, grasas elevadas en sangre, que sean diabéticos o con resistencia a la insulina y que sean obesos. A esto se asocian los factores emocionales y el estilo de vida.
En síntesis, el infarto ocurre también en la mujer y puede ser tanto prevenido como tratado en forma rápida y eficaz, a fin de devolverla a su entorno familiar, social y laboral.
Dr. Francisco Tortoledo R.
Centro Cardiovascular La Floresta,
Caracas, Venezuela.
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Fuente: Dr. Francisco Tortoledo – franciscotortoledo.com