Jericho (la serie de TV) y verdades sobre la lluvia radioactiva
Esta estrenándose la serie Jericho, que narra las andanzas de los habitantes del pequeño pueblo homónimo, tras producirse una serie de explosiones nucleares en varias ciudades de EEUU. En el segundo episodio, se enfrentan ante la amenaza de una lluvia radiactiva, y tal y como se presenta, puede inducir a equívocos sobre la naturaleza de una lluvia radiactiva. Y es que, pese al nombre, una lluvia radiactiva no es necesariamente una lluvia, en el sentido meteorológico.
Veamos, una detonación nuclear es básicamente una reacción nuclear de fisión, en la que átomos pesados se dividen, para formar elementos más ligeros, desprendiendo una enorme cantidad de energía en el proceso (en una detonación termonuclear, como la causada por una bomba de hidrógeno, también se produce una reacción nuclear de fusión). Los elementos pesados utilizados en la reacción (llamados fisibles), normalmente consisten en isotopos radiactivos de uranio o plutonio. Estos átomos se dividen durante el proceso, transformándose en isótopos de elementos más ligeros, como el iodo, el cesio o el bario, algunos de ellos también radiactivos. Debido a la inmensa cantidad de energía que se libera de forma casi instantanea, parte del material fisible sale despedido sin llegar a fisionarse, al igual que los elementos producidos por la reacción. Así que tras la explosión, la atmósfera local se encuentra repleta de partículas en suspensión, de material radiactico. Este «polvo radiactivo» va cayendo poco a poco, y es depositándose en el suelo, o inhalado por los supervivientes. Esta caida de polvo es lo que se conoce como lluvia radiactiva, que es una no muy acertada traducción de la palabra inglesa fallout.
Puede ocurrir que en una zona con partículas radiactivas en suspensión, se produzca una lluvia de verdad, es decir, precipitaciones de agua. Este fenómeno (que en inglés se denomina rainout), sería el que aparece en la serie, y es bastante más peligroso para los que lo sufren. Las gotas de lluvia arrastran las partículas radiactivas al suelo, de forma que se depositan con más rapidez que en una lluvia radiactiva «seca». Por un lado, el aire se limpia parcialmente, pero por otro, la acumulación de residuos radiactivos en la zona de lluvia, es mucho mayor. Tras la lluvia, el agua caída se evapora, pero los «posos radiactivos» permanecen, de forma que no sólo hay que refugiarse durante la lluvia, sino después de ella, hasta que se retire el material radiactivo. Y claro, eso no se hace espontáneamente (al menos, no en el transcurso de una vida humana).
En la serie, los habitantes de Jericho se refugian en un refigio (valga la redundancia) diseñado a tal efecto, y en una mina que es sellada desde el extarior. Se nos hace mucho hincapie en que hay que sellar todo, que no entre el agua, y el drama de tener tantas personas hacinadas sin apenas alimentos, agua, o aire. Tras la lluvia, comprueban que no hay radiación, y pueden salir nuevamente al exterior. Se supone que la lluvia era una precipitación normal, sin partículas radiactivas, cosa que se da a entender cuando a uno de los protas le pilla la lluvia, pero luego se ve que no está contaminado. Ante una verdadera lluvia radiactiva «con agua», el pueblo habría quedado condenado y contaminado, y los habitantes habrían muerto por asfixia, hambre o deshidratación en los refugios, o por radiación en el exterior.
Fuente: cienciayleyenda.net