La tecnología como el futuro de la atención farmacéutica
Con la aparición de la pandemia del coronavirus en España hace prácticamente un año, el sector farmacéutico vivió un auténtico boom, especialmente en el canal de ventas online. A pesar de que las farmacias siempre han sido un sector esencial, no afectado por los cierres de comercios, buena parte de la población se ha interesado por este formato, para reducir así sus contactos sociales.
El dato que aportaba DosFarma tras el confinamiento de primavera es sorprendente, las farmacias online experimentaron crecimiento en sus ventas del 400% en algunos momentos de ese cierre total de la economía con respecto al mismo periodo de 2019.
Sirva este dato para poner de manifiesto la importancia que está adquiriendo la tecnología para el sector farmacéutico. Y no es algo que ha aparecido con el Covid-19, sino que era una tendencia ya popular en los años anteriores.
¿Qué pueden aportar las nuevas tecnologías al sector farmacéutico?
La aplicación de tecnologías en la farmacia permite expandir el proceso de ventas al canal online, pero también establecer una relación más estrecha con los clientes, servir de asesoramiento, mejorar los historiales de medicación, hacer seguimiento de indicadores de salud y enfermedades o promover campañas sobre buenos hábitos saludables, entre otras opciones.
En el caso de las farmacias es importante recordar que, más allá de prestar un servicio público esencial, que es la comercialización de medicamentos, no dejan de ser negocios que basan su crecimiento en la captación de nuevos clientes.
Por ello, la telefarmacia o farmacia digital son una opción interesante para el sector, pues con este sistema pueden expandir su área de influencia, conseguir clientes más allá de su ámbito de actuación más localizado y hacer de su negocio una opción integral para los consumidores, donde no solo se adquieran medicamentos, sino todo tipo de productos relacionados con la salud.
En este sentido, es muy frecuente que las farmacias que ofrecen sus servicios online comercialicen medicamentos, siempre ajustándose a las prescripciones médicas y la normativa sanitaria vigente, pero que amplíen su relación con los clientes mediante sistemas de asesoramiento, fórmulas de navegación personalizada y la integración de disciplinas muy relacionadas con la salud, como la parafarmacia, la higiene, la puericultura o la belleza.
Relación directa con el farmacéutico
Otra posibilidad que permite esta integración de las nuevas tecnologías en el sector farmacéutico es una relación más directa, más cercana, entre los consumidores y los propios profesionales de farmacia.
Así, a día de hoy no basta con que un farmacéutico o un auxiliar de farmacia conozcan a fondo los detalles de su profesión, sepa de química, de ventas y de salud, sino que también deben formarse en estas nuevas tecnologías.
El internet de las cosas, por ejemplo, es una disciplina que está en pleno auge y que permite a las farmacias que integren programas informáticos recoger datos de manera sistémica y hacer uso a su vez de la inteligencia artificial, para tomar mejores decisiones.
Con estas posibilidades las farmacias y los clientes pueden estar plenamente conectados, algo que no solo ayuda en casos de asesoría, sino que resulta igualmente útil para el propio mantenimiento de las farmacias: conservación de productos, stock e inventario, condiciones ambientales del almacén…
Farmacias centradas en el paciente
El objetivo de integrar la tecnología en el sector farmacéutico es múltiple, pues persigue el propio crecimiento del sector, pero también recibir el favor de los consumidores, que verán así más satisfechas sus necesidades.
En la actualidad, prácticamente todas las farmacias que cuentan con sistemas de ventas online disponen de apps propias para que los propios clientes accedan a su historial sanitario y de compras a través de la app de manera sencilla.
En el apartado web, la idea es similar, promover interfaces y sistemas que sean intuitivos para el cliente, en los que pueda encontrar con facilidad sus medicamentos o productos a adquirir. Todo esto, por supuesto, ha de cumplir con la legislación sanitaria, para evitar la comercialización de medicamentos sin receta que puede suponer un grave problema de salud pública.
El Covid – 19 solo ha sido un acelerador de una práctica que ya era tendencia en el sector farmacéutico, su digitalización. Si la sociedad cambia, y con ella sus hábitos de consumo, el comercio debe hacer lo propio, y la industria farmacéutica está en ello.
Fuente: S.Dominguez – THP