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ADN para combatir la delincuencia: ventajas y desventajas

El ADN dura miles de años y puede ayudar a la policía a identificar a personas desaparecidas a partir de restos óseos o a reconocer delincuentes con una precisión asombrosa. Pero a medida que las fuerzas policiales recurren cada vez más a las pruebas de ADN que les ayudan a esclarecer crímenes, en Estados Unidos algunos ciudadanos preocupados han venido dando voces de alarma sobre problemas de consentimiento, protección de la privacidad e intrusión injustificada del gobierno en sus vidas.

Es casi seguro que aquellos gobiernos de América Latina y el Caribe que recién ahora están empezando a utilizar las tecnologías del ADN en su lucha contra la delincuencia también se plantearán estos mismos problemas. Y, de la misma manera, surgirá la pregunta acerca de qué regulaciones podrían ser necesarias para hacerles frente.

El caso del Asesino de Golden State

Esta situación crea dilemas como los que surgieron en Estados Unidos en abril de 2018, cuando la policía anunció haber arrestado a un sospechoso de una docena de asesinatos brutales, así como de numerosas violaciones y robos, que azotaron el norte de California durante las décadas de 1970 y 1980.

El denominado Asesino de Golden State fue finalmente arrestado tras más de 30 años de pistas infructuosas, luego de que la policía tomara una muestra de ADN recuperada en la escena de un crimen de 1980, creara un perfil de ADN del homicida, y lo subiera a una base pública de datos de ADN en Internet, conocida como GEDmatch, que utilizan quienes desean rastrear a sus ancestros y buscar a sus parientes. Esto le permitió a la policía identificar a parientes lejanos del homicida que también habían publicado sus perfiles de ADN en el sitio, afinar su pesquisa y dar finalmente con el propio asesino, usando muestras de ADN tomadas de los botes de basura fuera de su residencia.

Desde entonces, la policía estadounidense ha empleado técnicas de genealogía genética, que combinan perfiles de ADN con árboles genealógicos, en la investigación de más de 50 casos de delitos, principalmente asesinatos y violaciones. Pero las técnicas han planteado serias dudas: ¿Deberían los organismos de seguridad estar obligados a pedir autorización a las personas para utilizar sus datos de ADN con el fin de esclarecer crímenes? ¿Pueden estos mismos organismos proteger la información del ADN de terceros, como empresas de seguros de vida o incluso empleadores, que podrían recurrir a esa información con fines discriminatorios? Y, ¿debería exigirse a los gobiernos que borren de sus bases de datos los perfiles de ADN de familiares inocentes, una vez se haya resuelto el delito en cuestión, para evitar que caigan en manos equivocadas?

La región de América Latina y el Caribe aún no ha comenzado a ofrecer servicios comerciales de genealogía basados en el ADN, como 23andMe y Ancestry.com, que permiten que los clientes envíen una muestra de saliva o una gota de sangre plausible de ser analizada para determinar el origen étnico de la persona y encontrar parientes lejanos. Tampoco existen servicios disponibles al público como GEDmatch, que acceden a que las personas suban perfiles de ADN obtenidos de empresas privadas, y amplíen su búsqueda. Pero dada su popularidad, muy seguramente dichos servicios estarán disponibles en un futuro no muy lejano en la región.

Tecnologías del ADN para combatir la delincuencia en América Latina

Mientras tanto, las fuerzas policiales de la región están empezando a crear bases de datos de ADN obtenidas de sospechosos y delincuentes convictos para usarlas en la investigación de delitos. Hasta la fecha, Chile, Uruguay, Brasil y Jamaica han aprobado legislación sobre las bases de datos de ADN, que permite recopilar y utilizar el código genético, y en mayo de este año, el Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez, anunció que su gobierno está creando un laboratorio nacional de ADN. Se trata pues de herramientas esenciales que podrían ayudar a la región a enfrentar su enorme problema de delincuencia e impunidad. Sin embargo, al igual que en Estados Unidos, se plantearán problemas vinculados a la protección de la privacidad y los derechos de los ciudadanos.

Por ejemplo, según los expertos, con solo un pequeño porcentaje del código genético de la población en las bases de datos, las fuerzas policiales podrían tener a su disposición un perfil de ADN completo de toda la nación. Incluso hoy, la policía puede crear un boceto de un sospechoso a partir de muestras de ADN halladas en la escena de un crimen. Todo esto conduce a la posibilidad de lo que algunos llaman Estado de Vigilancia Genética, donde los ciudadanos pueden ser arrestados incluso por infracciones o delitos menores sobre la base de su perfil genético.


Por otra parte, en caso de que los perfiles de ADN cayeran en manos de terceros, podrían proporcionar información sobre defectos genéticos relacionados con la salud, o asuntos que muchas familias preferirían mantener en secreto, como los casos de adopción, no filiación paterna y otros. Pero ¿cuáles son los límites?

Garantizar los derechos de las personas sobre su ADN

Algunos críticos sostienen que las personas que utilizan sitios de ancestros deberían tener la capacidad de decidir si la policía puede utilizar o no sus datos de ADN en las investigaciones de delitos. Por ejemplo, en mayo, GEDmatch cambió sus políticas para permitir a sus usuarios la posibilidad de autorizar o no específicamente a las fuerzas policiales a hacer uso de sus perfiles de ADN. Hay también quienes afirman que los organismos de seguridad deberían poder cargar perfiles de ADN en estas páginas web en busca de coincidencias únicamente en casos de delitos extremadamente graves, como homicidios y violaciones. Otros consideran que debería existir un límite de tiempo, después del esclarecimiento de un crimen, para que las fuerzas del orden destruyan la información de ADN de los familiares del sospechoso.

Todos estos asuntos deben ser debatidos por la sociedad, regulados por los legisladores y resueltos por los tribunales. Actualmente América Latina y el Caribe no solo tiene una tasa de homicidios que cuadruplica el promedio mundial sino que también ostenta un gran número de delitos sin resolver.  En este contexto, la llegada de la tecnología del ADN debe ser vista, sin duda alguna, con muy buenos ojos. Pero si las fuerzas policiales quieren asegurarse de que se anime a las personas a ofrecer su ADN en aras de lograr una mejor vigilancia, será necesario que los gobiernos garanticen al mismo tiempo la existencia de mecanismos adecuados para proteger a los inocentes y limitar el poder del Estado.


(*)
Yanan Zhao es consultora de sistemas informáticos del Departamento de Investigación (RES) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sus líneas de investigación son el comercio e inversión entre Asia y América Latina. Antes de incorporarse a RES trabajó en varias organizaciones relacionadas con China, especialmente en Argentina y Colombia. Fue presidenta de la sucursal en Estados Unidos de la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoaméricanos (CECLA), una think tank que se enfoca en fomentar diálogos entre jóvenes estudiantes para relaciones entre China y América Latina y el Caribe. Obtuvo su maestría en economía internacional y relaciones internacionales de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Paul H. Nitze de la Universidad de Johns Hopkins y una licenciatura en economía y matemáticas en Smith College.


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Fuente: Yanan Zhao (*) – iadb.org

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