Lo bueno y lo malo de la ciencia en la prensa
¿Cómo saber si los estudios científicos en la prensa son fiables o no?
En la prensa salen continuamente titulares sobre cuales son los alimentos más saludables, o que hábitos son mejores para evitar enfermedades partiendo de conclusiones obtenidas a partir de estudios científicos. En muchas ocasiones esos titulares se contradicen unos a otros y ya no sabemos diferenciar qué es bueno y qué es malo. Como padres queremos que nuestros hijos adquieran unos hábitos de vida saludables y se alimenten de forma adecuada, pero ¿cómo saber si los estudios científicos en la prensa son fiables o no?
Los estudios científicos en la prensa
Lo que está claro es que no todos los titulares que aparecen en la prensa son ciertos y esto puede ser debido a muchas causas, entre ellas, que el titular no refleje de forma adecuada las conclusiones del estudio, o, incluso, que el estudio no esté bien realizado.
Los estudios científicos en la prensa: ¿Cuándo empezamos a sospechar de una afirmación que afirma sustentarse en la ciencia?
Titulares muy sorprendentes
Si el titular nos sorprende en exceso, porque contradice lo que creíamos hasta el momento, haremos bien en preguntarnos si esto es verdad y en buscar más evidencias. Hay en ocasiones, que en la prensa se buscan titulares llamativos o se llegan a conclusiones erróneas al no interpretar bien los estudios, como es el caso de este titular Comer chocolate adelgaza
Los estudios científicos están realizados por seres humanos
Y las personas nos equivocamos, nos sorprendería saber cuantos experimentos científicos están mal diseñados desde un principio, o, estando bien realizados, los autores llegan a conclusiones erróneas al analizar los resultados. Como no somos expertos en el tema, nos puede ayudar observar donde ha sido publicado el estudio y si lo citan medios especializados en el tema.
Incluso los experimentos pueden ser manipulados para obtener los resultados deseados, por lo que es importante observar quien está detrás del estudio.Un ejemplo claro está en los estudios de muchos productos cosméticos, los cuales son realizados por la misma empresa que los vende.
Correlación no significa causalidad
Muchos experimentos analizan distintos elementos y concluyen que estos están relacionados, que existe una correlación entre ellos. Pero que exista una correlación, o que parezca que la haya, no quiere decir que uno sea la causa del otro. Un ejemplo de esto es el que nos puso encima de la mesa un biólogo inglés que comprobó una correlación entre el número de cigüeñas y el número de niños que nacían en una población. En los pueblos y ciudades con más cigüeñas en los campanarios, nacen más niños, llegando a la conclusión de que a «los niños los trae la cigüeña». Lo cierto es que tanto el número de cigüeñas, como el de niños dependen de la causa común que es el tamaño del pueblo o ciudad. En las poblaciones grandes hay siempre más cigüeñas y más niños. Tanto las cigüeñas como los niños están correlacionados con el tamaño de la población, pero no existe relación entre ellos mismos.
Otras características de los experimentos a tener en cuenta
De un sólo experimento no se puede sacar una evidencia concluyente, para que las conclusiones se consideren como verdaderas tienen que ser replicadas en muchos otros estudios.
Tampoco es igual de válido un estudio que se realiza una muestra de población muy grande que el que se obtiene de una muy pequeña. El tamaño de la muestra importa y también que esta sea representativa de la población.
Otra cosa a tener en cuenta, es si se están generalizando los resultados de manera inadecuada. Como pasa en muchas ocasiones en que se experimenta con animales extrapolando los resultados a las personas y esto no tiene por qué ser necesariamente así.
Así que cuando, veamos un titular llamativo sobre la alimentación que les damos a nuestros pequeños u otros temas de nuestro interés, no necesariamente nos tenemos que preocupar o cambiar nuestros hábitos, antes debemos asegurarnos de que lo que hemos leído lo corroboran expertos en el tema.
Foto de cabecera: Foto de niño científico de Shutterstock.
Referencias:
– Cuaderno de cultura científica
– El País
Fuente: Elena Ordax – cometelasopa.com